Ralphie es un niño neoyorquino de 6 años al que le diagnosticaron autismo con tan sólo dos años. Hasta la fecha, su vida no había sido la habitual para un niño de su edad. Tenía problemas de sociabilización, no quería salir a la calle, relacionarse con otras personas y le costaba mucho romper su rutina diaria.
Todo esto ha cambiado desde que su madre, aconsejada por otros padres de hijos con autismo, le dejó el móvil para que jugase con la aplicación Pokemon Go. Ralphie comenzó a entusiasmarse con el juego y a salir a la calle para cazar pokemon. El primero que cazó fue en una panadería y de allí salió corriendo para buscar más. En el camino, se encontró con otro niño que también estaba jugando con la aplicación y se relacionó con él. «Inmediatamente tenían algo en común. Le preguntó a Ralphie cuántas criaturas había atrapado. Ralph no le contestó nada más que 'pokémon' y comenzó a saltar muy emocionado mientras agitaba los brazos», explica su madre, Lenore Koppelman.
Otra niña le enseñó su juego y le mostró todos los pokemon que había encontrado «y Ralph dijo 'guau', mientras chocaban las manos. Casi lloro en ese momento», continúa explicando. Casi de inmediato, «encontró su segundo pokemon. Lo atrapo, gritó con gran excitación y empezó a saltar. Entonces ella le señaló que había un montón de actividad pokémon en el patio de recreo. Le pidio que fueran. Él nunca quiere ir a la plaza de noche, porque está fuera de su rutina habitual. Normalmente es muy rígido con su rutina. Pero esta noche estaba feliz y era el momento de cambiar las cosas, y lo hizo! Estábamos en shock! Y cuando llegamos allí, otros niños corrieron hacia él para cazar pokémon juntos. Estuvo interactuando con otros niños. Yo no sabía si reír o llorar».
«Después quería ir a buscar más, y caminamos por la calle. Había varios adultos cazando pokémon y le dieron consejos como 'hay uno a la vuelta de la esquina, amigo! Ve a por el!' Y él se reía, les miró y les dio las gracias».
Su madre estaba muy sorprendida de lo que estaba sucediendo, su hijo se estaba relacionando con otros niños e incluso con adultos. «Esto es increíble», señaló en su perfil de Facebook.