Otra mujer ha acusado este viernes de abusos sexuales al candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, cuya campaña ha negado tal extremo.
En declaraciones al diario The Washington Post, Kristin Anderson, que tiene ahora 46 años y trabaja como fotógrafa en California, aseguró que el incidente ocurrió en un club nocturno de Manhattan, en Nueva York.
Anderson explicó que, en la noche del suceso, se encontraba charlando con un grupo de amigos en el local, sin percatarse de la presencia de un hombre, que estaba junto a ella sentado en un sofá.
La mujer, que vivió en Nueva York de 1991 a 2008, señaló que sólo se dio cuenta de la presencia del individuo cuando sintió sus dedos deslizarse bajo su minifalda, hasta alcanzar su vagina a través de su ropa interior.
Anderson le retiró entonces la mano, huyó del sofá y se giró para verle la cara al hombre, a quien identificó como Donald Trump.
«Su apariencia física era tan característica -explicó-, con el pelo y las cejas. Quiero decir, nadie tiene esas cejas».
En aquella época, que sitúa a comienzos de los años noventa aunque no precisa la fecha, la fotógrafa intentaba ganarse la vida como modelo en Nueva York, donde Trump era una celebridad y un asiduo de las discotecas en la ciudad.
El episodio -precisó- no duró más de treinta segundos y tanto Anderson como sus acompañantes sintieron «repugnancia» y pensaron: «Okay, Donald es repugnante. Todos sabemos que es repugnante. Sigamos adelante».
«Es un caso de agresión sexual y es algo que me he guardado para mí misma. Y siempre me callé. ¿Y por qué debería seguir callada? De hecho, todas las mujeres deberían denunciarlo. Y si te tocan de manera inapropiada, díselo a alguien y denúncialo», remarcó Anderson, a quien se dirigió el diario tras conocer su historia.
La denunciante, divorciada dos veces, no recuerda la gente con la que estaba aquella noche, pero cree que se trataba de compañeros de trabajo de un restaurante en el que estaba empleada.
Anderson también piensa que el encuentro con Trump tuvo lugar en el local China Club, situado en Broadway, pero no está segura completamente.
El Post recoge una reseña del diario «Newsday» de 1992 que describe el club como «el nido de Donald los lunes por la noche».
Entonces, el multimillonario se había divorciado hacía poco de su primera esposa, Ivanka, y todavía no había contraído matrimonio con la segunda, Marla Maples.
En un breve comunicado, la portavoz del magnate, Hope Hicks, replicó que «el señor Trump niega rotundamente esta alegación falsa por parte de alguien que busca publicidad gratis. Es completamente ridículo».
Las acusaciones de Anderson se publicaron después de que varias mujeres hayan denunciado supuestos abusos por parte de Trump en los últimos días.
Esas alegaciones también se han producido tras la emisión, hace una semana, de un vídeo de 2005 en el que se escucha a Trump hacer comentarios sexuales sobre las mujeres con un lenguaje vulgar y jactarse de que su fama le permite abusar de ellas a su antojo.
La controversia coincide con una caída notable de Trump en las encuestas frente a su rival demócrata, Hillary Clinton, a poco más de tres semanas de las elecciones presidenciales, del próximo 8 de noviembre.