La Agencia Espacial Europea (ESA) no puede aún confirmar en qué estado se encuentra el módulo Schiaparelli, que no se comportó como se esperaba en el final de su descenso a suelo marciano, y aunque necesitan más tiempo para analizar los datos no se descarta que no se frenara suficientemente.
«Todavía no se puede decir si la nave ha sobrevivido o no» y en este momento se intenta restablecer la comunicación con ella, dijo el director del departamento de ingeniería de sistemas de tierra, Juan Miró.
El módulo debería haber aterrizado ayer en el planeta rojo, pero poco antes de que acabaran los seis de minutos de descenso a través de la atmósfera marciana se perdió toda comunicación y, hasta ahora, no se ha restablecido.
El director de la división de misiones solares y planetarias de la ESA, Andrea Accomazzo, explicó en rueda de prensa en el centro de control de operaciones en Darmstadt (Alemania), que «va a llevar más tiempo ver la imagen completa de la secuencia de descenso».
Schiaparelli entró en la parte alta de la atmósfera de Marte, despegó el paracaídas que llevaba para frenar su velocidad, se separó del escudo frontal pero no se desprendió del paracaídas como se esperaba, según Accomazzo.
Sin embargo, dijo estar convencido de que se podrá «saber exactamente qué ha pasado y explicarlo».
La ESA tiene todos los datos que Schiaparelli transmitió durante el descenso hasta que se perdió la señal y que podrán utilizarse para el análisis científico de la atmósfera, algo que es muy importante.
Según la secuencia de aterrizaje prevista, Schiaparelli debía entrar en la atmósfera de Marte a las 14.42 horas GMT y descender por ella durante seis minutos.
La ESA considera que la entrada en la parte alta de la atmósfera se produjo como estaba previsto.
A los tres minutos de haber comenzado el descenso, se desplegó un paracaídas, cuando la velocidad de Schiaparelli se frenó hasta 1.650 kilómetros por hora y el módulo se encontraba a 11 kilómetros sobre la superficie de Marte, también según los cálculos nominales.
A los cuatro minutos de haber iniciado el descenso, a una altitud de 7 kilómetros y una velocidad de 320 kilómetros por hora se separó el escudo frontal.
A los cinco minutos, a unos 1,3 kilómetros de la superficie y a una velocidad de 240 kilómetros por, se debería haber desprendió del paracaídas, pero esto no ocurrió como se esperaba y no se sabe qué hizo.
En este momento deberían haberse encendido los motores que iban a frenar el módulo de aterrizaje a una velocidad de unos 10km/h, la de una persona haciendo «jogging», pero sólo funcionaron unos tres o cuatro segundos, por lo que es posible que no se desacelerara lo suficiente para aterrizar sobre la superficie de Marte de forma suave, según Miró.
Los motores eran una parte imprescindible para bajar la velocidad de Schiaparelli hasta 10 kilómetros por hora.
ExoMars es un proyecto de la ESA y la agencia rusa Roscosmos para buscar vida de tipo bacteriano en la superficie de Marte.