Sharbat Gula, la afgana que protagonizó de niña la portada de National Geographic y que recientemente fue detenida por posesión ilegal de documentos de identidad en Pakistán, será liberada y deportada en los próximos días tras cumplir la pena de 15 días de cárcel que le fue impuesta por un tribunal.
«Con un gran placer, anuncio que Sharbat Gula está ya libre de los problemas legales a los que ha hecho frente las últimas semanas. Será puesta en libertad pronto», afirmó en su página de Facebook el embajador afgano en Pakistán, Omar Zakhilwal.
Mohsin Dawar, miembro del equipo legal de Gula, indicó a Efe que un tribunal especial anticorrupción de Peshawar (noroeste) la condenó hoy a 15 días de prisión, de los que ya ha cumplido la mayoría, después de que la refugiada se declarase culpable de todos los cargos.
Además, tendrá que pagar una multa de 100.000 rupias paquistaníes (860 euros) y deberá abandonar Pakistán tras su liberación.
Gula fue arrestada el 26 de octubre por presuntamente obtener documentos de identidad paquistaníes para ella y dos supuestos hijos tras sobornar a tres funcionarios, y podía enfrentarse a penas de hasta 14 años de cárcel.
La refugiada, de unos 40 años, madre de cuatro hijos y enferma de hepatitis C, volverá a Afganistán el próximo lunes, donde será recibida por el presidente del país, Ashraf Gani, según informó Zakhilwal.
Según el diplomático, Gula recibirá ayuda del Gobierno para comenzar una nueva vida en su país natal, donde apenas ha vivido.
El fotógrafo estadounidense Steve McCurry inmortalizó a la afgana en 1984, cuando tenía 12 años, en un campo de refugiados en Peshawar, fotografía que sería publicada un año después convirtiéndose en una de las imágenes más icónicas del siglo XX.
Pakistán albergaba hasta hace poco a 1,4 millones de afganos registrados legalmente y a otros 900.000 en situación ilegal, lo que les convierte en una de las comunidades de desplazados más grandes y antiguas del mundo, tras iniciar su éxodo a territorio paquistaní con la invasión soviética en 1979.
Más de medio millón de esos refugiados han regresado a Afganistán en lo que va de año, la gran mayoría en los últimos tres meses, ante el ultimátum del Gobierno paquistaní para que abandonen el país