Milicianos y efectivos de las fuerzas de seguridad iraquíes, así como civiles, han mutilado y arrastrado los cadáveres de miembros del grupo yihadista Estado islámico (EI) al sur de la ciudad de Mosul, según aseguró Human Rights Watch (HRW).
Al menos cinco cuerpos sufrieron estos abusos el pasado 3 de octubre en la ciudad de Al Qayara, a 50 kilómetros al sur de Mosul, precisó HRW en su comunicado, en el que también denunció la ejecución de al menos un extremista.
Ese día, varios terroristas del EI fueron capturados cuando intentaron asaltar Al Qayara, cuyo control habían perdido a finales de agosto.
Según se indica en la nota, un vídeo muestra a un hombre con uniforme de las Fuerzas Especiales iraquíes que pide una navaja mientras asegura que quiere la cabeza del yihadista fallecido que tiene a sus pies.
Milicianos de la tribu suní Maraeid y soldados agarran en esa misma cinta el cadáver de un yihadista, lo golpean en la cara y lo escupen, mientras otros se hacen fotos con el cuerpo.
Las imágenes del campo de batalla también muestran, según HRW, la captura de un miembro del EI y como los combatientes progubernamentales abren fuego contra él desde una distancia corta.
En otros vídeos, grabados tras el fin de la batalla, se ve a niños y soldados que golpean y arrastran por la calle los cuerpos de al menos dos extremistas, atados del tobillo con una cuerda.
Además, uno de los cadáveres fue decapitado y su corazón arrancado por un civil que reconoció en el fallecido al miembro del EI que mató a su padre y a sus tres tíos. El corazón se lo entregó a su madre, según vecinos de Al Qayara.
Otras fotografías dan testimonio de al menos otros cuatro cadáveres con los órganos fuera y cubiertos de sangre, uno de ellos completamente desnudo.
La subdirectora de HRW para Oriente Medio, Lama Fakih, recordó en la nota que mutilar los cadáveres o asesinar a los capturados es considerado un crimen de guerra.
«El Gobierno iraquí debe controlar a sus fuerzas y llevarlas ante la justicia» para evitar la impunidad de los que cometen crímenes, agregó Fakih.
HRW también pidió a las autoridades iraquíes que eviten que grupos con denuncias de serios abusos a sus espaldas, como las milicias chií Multitud Popular y la suní Hashad al Ashari, participen en la batalla de Mosul.
Las tropas iraquíes y las kurdas «peshmergas», a las que se unió días más tarde la Multitud Popular, iniciaron el pasado 17 de octubre la ofensiva militar para expulsar al EI de Mosul y los territorios que aún controla en la provincia de Nínive, en el norte de Irak.