El presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, anunció este lunes un alto el fuego unilateral en el conflicto que le enfrenta desde 2013 a la oposición armada liderada por el exvicepresidente Riek Machar.
Kiir también ordenó la liberación de todos los presos políticos, según afirmó el líder sursudanés durante un discurso ante un comité de diálogo nacional instaurado hoy en Yuba, en el que participan representantes del Gobierno y de la oposición, pero no Machar.
«Declaro un alto el fuego unilateral desde hoy, así como ordeno a la comandancia del Ejército Popular que implemente esta decisión. Todos nosotros sabemos que el alto el fuego unilateral no obliga a la otra parte a respetarlo, por lo que tenemos derecho a defendernos si la otra facción nos ataca», afirmó Kiir.
El presidente hizo un llamamiento a «cualquier persona» de la oposición a que se sume al diálogo nacional, con la única excepción de Machar, por considerar que su presencia «causará problemas».
No obstante, afirmó que Machar puede enviar delegados en su nombre, a la vez que instruyó a los servicios de seguridad a que no detengan a ningún opositor que exprese su deseo de participar en el proceso de diálogo en Yuba.
Kiir hizo un alegato a la unidad nacional y pidió el apoyo de la comunidad regional «para alcanzar la paz lo antes posible».
A la sesión del comité de diálogo nacional asistieron el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, y representantes de la Unión Africana y de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo de África Oriental (IGAD).
Sudán del Sur se independizó de su vecino Sudán en julio de 2011 y dos años después estallaron las hostilidades entre las fuerzas de Kiir, de etnia dinka, y Machar, de la tribu nuer, que derivó en un conflicto de trasfondo étnico.
Ambas partes firmaron un acuerdo de paz en agosto de 2015 que llevó a la creación de un gobierno de unidad nacional, pero en julio de 2016 volvieron a estallar los enfrentamientos, que han causado miles de muertos y de desplazados y ha llevado el país al borde de la hambruna.
Un informe presentado el pasado marzo ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU denunció que en Sudán del Sur se está llevando a cabo «un proceso de limpieza étnica».