Un hombre de 52 años, superviviente del atentado de 2005 en Londres, se quitó la vida poco después del ataque suicida de Manchester, al no poder soportar la carga psicológica que suponía para él la amenaza terrorista, según han publicado diversos medios británicos, haciéndose eco de su círculo de amistades.
«No quería vivir en un mundo donde continúan estos ataques terroristas», explicó uno de ellos, quien recordó que la víctima ocupaba un asiento en uno de los trenes atacados, donde resultó herido, aunque no todo el daño fue físico.
Tras ese duro episodio trató de retomar su vida, pero la noticia de la bomba en el concierto de Ariana Grande le hizo revivir viejos fantasmas.
El ataque de Westminster de finales del mes de marzo ya fue un mal trago y pasó unos días sin ir a trabajar. Después alegó que el hecho le había recordado todos los malos momentos vividos por esta lacra.
Finalmente, el atentado del Manchester Arena fue demasiado para él. No fue a trabajar el martes y el miércoles por la tarde era hallado muerto en su vivienda, según confirmó el bufete de abogados donde trabajaba.