Los palestinos conmemorarán este martes el 70º aniversario de la creación del Estado de Israel, conocido por ellos como el 'Día de la Nakba' (Catástrofe), que provocó que más de 700.000 personas se vieran desplazadas de sus hogares y que implicó la destrucción de más de 500 aldeas y localidades en la Palestina histórica.
Los actos convocados para la jornada tendrán lugar en medio del incremento de las tensiones a raíz de la decisión de Estados Unidos de trasladar su Embajada a Jerusalén y tras seis semanas de manifestaciones en la Franja de Gaza reclamando el derecho al retorno de los refugiados.
«Nuestro pueblo no ha perdido la esperanza ningún día a lo largo de su historia», asegura el embajador de Palestina en España, Musa Amer Odeh, a Europa Press, resaltando que los actos de este año llegan «en una situación nueva y grave» tras la decisión estadounidense sobre Jerusalén.
«Esta es la mayor provocación que se puede hacer a un pueblo que está bajo ocupación», critica, al tiempo que recuerda que «la situación de Jerusalén era un tema a tratar al final del proceso de paz y en el que había que llegar a acuerdos entre las partes implicadas, Palestina e Israel».
En este sentido, Luz Gómez, profesora de Estudios Árabes en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), sostiene que «el traslado de la Embajada de Estados Unidos es un atentado contra el Derecho Internacional» y afirma que la Administración de Donald Trump «está decidida a acabar con todas las posibilidades de una solución basada en los dos estados».
Amer Odeh considera que Trump «está poniendo en peligro los intereses de todo el mundo, incluso los de Estados Unidos» y carga contra la decisión de Washington de congelar parte de la financiación a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), puesto que el retorno de los refugiados es uno de los puntos clave de una solución negociada.
«Mientras haya refugiados, esta agencia tiene que existir. El día que no haya refugiados no tendrá sentido que exista», subraya, antes de destacar que un fin de las operaciones de la organización «sería un drama, un crimen». «Esto puede resultar un peligro para los países donde están estos refugiados y para toda la región», explica.
En este sentido, la directora ejecutiva de UNRWA España, Raquel Martí, destaca que la agencia entrega ayuda a más de 5,8 millones de personas --entre ellas más de 5,3 millones de refugiados-- y alerta de que «lo más grave va a ocurrir en los próximos meses» a causa de la falta de financiación debido a la decisión estadounidense.
«Lo que va a pasar es que no vamos a tener para abrir las escuelas el próximo curso escolar en diciembre», advierte, antes de adelantar que la UNRWA tendrá también que «reducir servicios en salud» y entrega de alimentos en caso de no recibir financiación adicional. «Si UNRWA tiene que reducir sus servicios, (la situación) va a ser insostenible», previene.
«Tenemos medio millón de refugiados de Palestina en Siria. Es población que si ha logrado huir se ha convertido por dos veces en su vida en refugiados (...) y si no han podido huir, que son la inmensa mayoría, están en el país como refugiados desplazados», resalta. «Esta población no debería estar en la guerra en Siria, pero está ahí porque no ha habido una solución en 70 años», lamenta.
LAS PROTESTAS EN GAZA
Los actos de este martes llegan además después de una serie de protestas en la Franja iniciadas el 30 de marzo para reclamar el derecho al retorno de los refugiados y que se han saldado con casi 50 muertos a causa de la represión por parte de las fuerzas de Israel.
«Lo que estamos viendo ahora es producto de que no se puede mantener a una población de cinco millones de personas durante 70 años dependiendo de la ayuda humanitaria y de la solidaridad internacional», explica Martí, denunciando que Gaza se ha convertido ya en «un lugar inhabitable».
Según Gómez, «para entender lo que es la 'Nakba' hay que entender que la 'Nakba' no ha cesado». «No es un acontecimiento histórico ya cerrado. Todas sus características y las consecuencias que de ellas se derivan se han ido profundizando durante estos 70 años», explica. En este sentido, el embajador palestino dice que los palestinos que protestan en Gaza «llevan aún la llave de sus casas antes de la 'Nakba'».
POLÍTICA PALESTINA
En el contexto intrapalestino, el 70º aniversario de la 'Nakba' llega tras el aparente fracaso de la mediación egipcia para lograr un acuerdo entre Al Fatá y Hamás que unificara administrativamente Cisjordania y Gaza, después de que el proceso de transferencia del control del enclave quedara encallado.
«Estamos haciendo todo lo que podemos para acabar con esta página negra de nuestra historia, que es la división entre palestinos», asegura Amer Odeh, que destaca que para la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) «es esencial que el gobierno de unidad nacional pueda ejercer su función de gobierno tanto en Cisjordania como en Gaza».
«Nosotros queremos y tenemos mucho interés en acabar con esta división de una forma pacífica y democrática», sostiene, en medio de unas tensiones entre ambos movimientos que son el reflejo también de la situación de crisis en la región.
En este sentido, Gómez explica que «las relaciones entre Al Fatá y Hamás tienen que ver con los equilibrios regionales, que ahora mismo están reconfigurándose en torno al eje saudí, aunque se debía hablar más del eje emiratí».
Según la profesora de la UAM, Al Fatá y Hamás «se encuentran en medio» de la crisis diplomática entre los países del Golfo y Qatar. «Ningún entendimiento entre ellos va a ser posible mientras no se resuelva mínimamente el resto de la situación regional», insiste, antes de defender que una solución a la situación en Palestina «tiene que venir de la sociedad civil, de una recomposición absoluta del mapa político».
LA VÍA DIPLOMÁTICA
Ante esta situación, Amer Odeh recuerda que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ha hecho un llamamiento a una conferencia internacional para intentar lograr un acuerdo negociado al conflicto y ha rechazado un papel preponderante de Estados Unidos en las conversaciones. «Estados Unidos se ha autoexcluido de este proceso (con su decisión sobre Jerusalén) (...) porque se ha convertido en parte, y no en un intermediario», explica.
«Nosotros no decimos 'no' por decir 'no'. Somos gente práctica, gente realista, y queremos una solución basada en el Derecho Internacional y las resoluciones de la ONU», sostiene, antes de pedir un mayor papel de la UE en las negociaciones, así como el reconocimiento del bloque al Estado palestino.
Así, apunta que «la ocupación está equivocada si piensa que con el apoyo de Estados Unidos o de otras fuerzas puede doblegar al pueblo palestino». «Lograr la paz es fácil si hay voluntad para ello, si volvemos a la mesa de negociaciones y no a la fuerza», zanja.
Sin embargo, Martí señala que el contexto actual «no parece indicar que vaya a haber ningún cambio en cuanto a la ocupación, sino todo lo contrario». «El reconocimiento de Jerusalén (como capital) y el traslado de la Embajada americana va a crear muchísima más inestabilidad en la zona», resalta.
Por su parte, Gómez puntualiza que «ahora mismo la OLP responde a un mundo que es el de hace 20 ó 30 años, no el del siglo XXI». «Poco se puede esperar de la política oficial, y los propios palestinos están totalmente desencantados con ella», arguye.
«Ya nadie cree en la solución de dos estados tal cual se planteó en (los Acuerdos de) Oslo (en 1993). Sigue siendo el discurso oficial, pero es el discurso de la gerontocracia (...) que en este momento no es secundada por la gran mayoría de la población, que tiene menos de 40 años», resalta.