Al menos un palestino ha muerto y decenas han resultado heridos en los enfrentamientos que se han desatado este martes en los Territorios Palestinos entre manifestantes y fuerzas israelíes, en medio de los funerales por las víctimas de la matanza perpetrada el lunes en la Franja de Gaza, que han coincidido con la celebración del 70º aniversario de la 'Nakba'.
Los palestinos se han concentrado en puntos de Jerusalén Este, Cisjordania y Gaza por un cúmulo de motivos: la 'Nakba', día en que se conmemora el inicio del éxodo palestino por la creación del Estado de Israel, la huelga general convocada por la Autoridad Palestina en señal de protesta por la violencia del lunes y los funerales.
De acuerdo con los cálculos de la prensa local, unos 1.300 palestinos se han enfrentado a las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) en 18 localidades diferentes de Cisjordania lanzando piedras y cócteles molotov y levantando barricadas con neumáticos incendiados, mientras que en Gaza unos 400 palestinos se han repartido en seis puntos de la valla fronteriza.
Una vez más el epicentro de las protestas ha sido Gaza. Allí, cientos de palestinos han asistido a los funerales por las 60 personas que murieron el lunes a manos de las fuerzas israelíes, entre ellas una bebé de ocho meses, a las que hay que sumar más de 2.700 heridos. «Con nuestra alma y sangre redimiremos a los mártires», ha entonado el cortejo fúnebre que se ha celebrado en la localidad gazací de Jan Younis.
Los peores incidentes se han vivido en el campamento para refugiados palestinos de Al Bureij, en el centro de la Franja. Un hombre de 51 años identificado como Nasser Aourab ha muerto a causa de los disparos israelíes, según ha informado el Ministerio de Sanidad de Gaza.
En Hebrón (Cisjordania), los manifestantes se han reunido en torno a la Tumba de Raquel. De acuerdo con la agencia de noticias Maan, que no ha precisado por qué han comenzado los disturbios, los soldado israelíes han usado balas de goma primero y fuego real después, así como gas lacrimógeno y bombas sonoras. Hay decenas de heridos, dos por impactos de bala, según fuentes médicas.
Mientras, en Ramala, la capital cisjordana, los manifestantes han tomado la plaza central y han lanzado piedras contra los policías fronterizos que vigilaban la concentración. Un agente israelí ha resultado herido cerca del asentamiento, indica el diario hebreo 'Yedioth Ahronoth'.
Cerca de Ramala, en la ciudad hermana de Al Bireh, las fuerzas israelíes han disparado una bala de goma a un manifestante palestino directamente en un ojo. El Ministerio de Sanidad palestino, citado por la agencia de noticias Maan, ha indicado que ya ha sido trasladado a un centro médico.
En Belén, también en Cisjordania, doce palestinos han resultado heridos por las balas de goma y otros 33 por inhalación de los gases lacrimógenos lanzados por los uniformados judíos. En la zona de seguridad de Beit El, igualmente en Cisjordania, hay otros tres heridos por balas de goma, señala 'Haaretz'.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ya había expresado su temor «a lo que pueda pasar hoy, un día muy emotivo para todos, y en las próximas semanas». «Urgimos a la máxima contención. Ya basta», ha escrito en su cuenta oficial de la red social Twitter.
OLA DE VIOLENCIA
La matanza perpetrada el lunes en Gaza es la peor en un solo día desde que el 30 de marzo comenzaron las manifestaciones de cara a la 'Nakba' ('Catástrofe'), que se celebra cada 15 de mayo. Desde entonces, cerca de un centenar de palestinos, incluidos niños, ha muerto sin que haya ni una baja israelí.
Las protestas del lunes se exacerbaron coincidiendo con la ceremonia inaugural de la nueva Embajada de Estados Unidos en Israel, que ha sido trasladada de Tel Aviv a Jerusalén. Esto supone el reconocimiento de la ciudad santa como capital israelí por parte de la potencia norteamericana, lo cual rompe el único punto de consenso internacional: que el estatus de Jerusalén, que ambas partes reivindican como propia, debía decidirse en un eventual diálogo de paz.
Unos 40.000 palestinos se concentraron el lunes a lo largo de la frontera entre la Franja de Gaza e Israel en trece localizaciones distintas desde primera hora y hasta las 17.30 (hora local), cuando Hamás, que ha admitido estar detrás de las protestas, ordenó la retirada.
Testigos consultados por las agencias de noticias palestinas Wafa y Maan han declarado que las fuerzas hebreas usaron gases lacrimógenos y munición real contra los manifestantes. Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), por su parte, han acusado a los palestinos de emplear armas de fuego, cócteles molotov y otros explosivos y de intentar traspasar la valla limítrofe.
El elevado número de víctimas ha suscitado la crítica de toda la comunidad internacional a excepción de Estados Unidos, que una vez más se ha posicionado junto a su aliado Israel. Ambos han culpado a Hamás del baño de sangre por empujar a los palestinos hacia «un terrible riesgo», en alusión a las tropas hebreas. La facción palestina, por su parte, ha llamado a una nueva intifada.