Al menos 857 migrantes y refugiados han muerto este año en el Mediterráneo intentando alcanzar las costas del sur de Europa, entre ellos 292 que han perdido la vida en la ruta hacia España, según un nuevo balance publicado este martes por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Esta organización estima que un total de 40.073 personas han arribado desde el 1 de enero a Italia, Grecia, Chipre y España, prácticamente la mitad que en el mismo periodo de hace un año, cuando se registraron 80.683 llegadas. Sin embargo, en el caso español la cifra es casi el triple y supera las 12.000.
La tendencia generalizada a la baja se mantiene en el número total de fallecidos, con 857 víctimas mortales --520 de ellas en la ruta hacia Italia--, pero también en este caso los números se invierten para España, como han venido demostrando los distintos balances publicados en los últimos meses.
La OIM estima que al menos 292 personas han perdido la vida hasta el 18 de junio intentando alcanzar las costas españolas, cuatro veces más que en el mismo periodo de 2017. Solo desde el pasado jueves habrían perdido la vida al menos 48 personas, según el recuento.
La organización también añade a este recuento migratorio a otras 7.243 personas que han sido devueltas a Libia por la Guardia Costera del país norteafricano, que también participa en las tareas de búsqueda y rescate de embarcaciones frente a las costas libias.