La controvertida ley sobre el mercado interno, que el Gobierno británico pretende aprobar en contra de lo pactado con la Unión Europea en el acuerdo del Brexit, pasó este lunes con holgura su primer test parlamentario, aunque todavía se enfrentará a nuevos obstáculos.
Con el apoyo de 340 diputados y el rechazo de 263, el primer ministro, Boris Johnson, hizo valer la amplia mayoría absoluta con la que cuenta en la Cámara de los Comunes (baja), pero no consiguió frenar el coro de voces cada vez mayor dentro de su propio partido que denuncia que el proyecto de ley viola el derecho internacional.
La verdadera prueba para la ley llegará la semana que viene, cuando está previsto que se voten las enmiendas a las provisiones sobre Irlanda del Norte, origen de la vulneración de lo acordado con la UE.