El papa Francisco ha conmemorado el nacimiento de Cristo en la Misa del Gallo y ha llamado a atender a los más desfavorecidos, unidad en la Iglesia y dignidad en el ámbito laboral: «¡No más muertes en el trabajo!», ha exclamado ante cientos de fieles que regresaron a la basílica de San Pedro.
El Papa ha destacado que Jesús eligió nacer cerca de los pastores, «cerca de los olvidados de las periferias» porque viene a «ennoblecer a los excluidos» al tiempo que ha denunciado las condiciones de 'esclavitud' de algunos trabajadores y ha hecho un llamamiento para que no se produzcan más muertes en el ámbito laboral.
«En el día de la Vida repitamos: ¡No más muertes en el trabajo! Y esforcémonos por lograrlo», ha exclamado. El Pontífice ha hecho estas consideraciones durante la misa de Gallo que ha adelantado dos horas como el año pasado para evitar los contagios ante la situación de avance de la variante Omicrom.
«Dios viene a colmar de dignidad la dureza del trabajo. Nos recuerda qué importante es dar dignidad al hombre con el trabajo, pero también dar dignidad al trabajo del hombre, porque el hombre es señor y no esclavo del trabajo», ha dicho.
Francisco ha arrancado la primera de las celebraciones litúrgicas previstas en la basílica de San Pedro del Vaticano para la Navidad con unos 1.500 puestos para los fieles, distanciados en los bancos, pero sin obligación de que estén vacunados contra la enfermedad del coronavirus.
En condiciones normales, la basílica de San Pedro del Vaticano tiene una capacidad para 20.000 personas. Aunque se ha reducido el aforo no se exige a los fieles estar vacunados.
En la misa además del Papa ha participado toda la Capilla Papal, lo que suma hasta 120 sacerdotes concelebrantes.
El Pontífice ha dejado claro que Jesús eligió nacer rodeado de «gente pobre que trabajaba» y que, por tanto, «se revela sobre todo a ellos» y no a «personajes cultos e importantes».
En una basílica de San Pedro casi vacía, el Papa ha incidido en que Dios está presente «en la pequeñez». Y ha agregado: «Dios no cabalga en la grandeza, sino que desciende en la pequeñez. La pequeñez es el camino que eligió para llegar a nosotros, para tocarnos el corazón, para salvarnos y reconducirnos hacia lo que es realmente importante».
De este modo, ha invitado a los fieles a responder al desafío de la Navidad que es que «Dios se revela, pero los hombres no lo entienden». «Él se hace pequeño a los ojos del mundo y nosotros seguimos buscando la grandeza según el mundo, quizá incluso en nombre suyo. Dios se abaja y nosotros queremos subir al pedestal. Dios va en busca de los pastores, de los invisibles; nosotros buscamos visibilidad», ha concluido.