Las autoridades de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, al este de Ucrania, han anunciado a primera hora de este sábado el estado de movilización general que impone la activación de todos los reservistas y la transformación de la economía con vistas a un conflicto armado. «Insto a mis compatriotas que están en la reserva a que acudan a las oficinas de registro y alistamiento militar», ha declarado el líder de la República Popular de Donetsk, Denis Pushilin, en una declaración grabada. Ante este movimiento, la Casa Blanca reitera que el Kremlin ha tomado una decisión, y la invasión de Ucrania podría no tener marcha atrás.
La posibilidad de que Moscú esgrima una falsa amenaza para atacar las posiciones ucranianas es un argumento puesto encima de la mesa por parte de la administración norteamericana desde hace semanas, en el mismo inicio de la crisis diplomática y de seguridad internacional que mantiene en vilo a la región y a la propia comunidad internacional. Al movimiento de los rebeldes prorrusos al este de Ucrania le han seguido unas declaraciones del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, poco tranquilizadoras.
Según Biden el líder ruso Vladímir Putin está decidido a invadir Ucrania, algo que sucederá como máximo en cuestión de días. Las sirenas de advertencia sonaron este pasado viernes en las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk después de que los líderes rebeldes anunciaran la evacuación de cientos de miles de personas. «Tenemos razones para creer que las fuerzas rusas planean y tienen la intención de atacar Ucrania la próxima semana, en los próximos días», dijo Biden a los periodistas en la Casa Blanca, y agregó que Kiev sería un objetivo. «A partir de este momento, estoy convencido de que [Putin] ha tomado la decisión».
La tensión de los últimos meses por la acumulación de tropas rusas en la frontera con Ucrania, sumado a la consiguiente intensificación de las operaciones de la OTAN han acabado por desbordar de nuevo el conflicto en el este del país, que enfrenta a las autoridades de Kiev con estas dos zonas separatistas, afines a Rusia. Moscú, por su parte, mantiene su posición de fuerza con respecto a la no ampliación del Tratado Atlántico Norte hacia el este de Europa, tradicionalmente su zona de influencia desde los tiempos del antiguo Pacto de Varsovia.
«Hago un llamamiento», ha añadido Pushilin «a todos los hombres de la república que puedan portar armas para que defiendan a sus familias, a sus hijos, a sus esposas y a sus madres. Juntos lograremos la victoria que todos queremos y necesitamos», según una grabación recogida por la agencia oficial de noticias rusa Sputnik.
También ha firmado este decreto el líder de la autoproclamada república popular de Lugansk (RPL), Leonid Pásechnik. Estas declaraciones tienen lugar después de que ambos territorios declararan el viernes la evacuación de sus ciudadanos a la región rusa de Rostov. Unos 35.000 residentes de Lugansk ya han comenzado el desplazamiento allí, según el jefe del Ministerio de Situaciones de Emergencia, Evgueni Katzaválov, mientras que su homólogo de Donetsk, Alexei Kostrubizki, estima que las autoridades de la región ya han evacuado a Rusia a 6.603 personas, incluidos 2.436 niños.
Mientras, en Rostov, ya se ha han puesto en marcha seis trenes de diez vagones cada uno para evacuar a los civiles de la región, según fuentes de los servicios de Emergencia de Rusia a la agencia TASS. Estas movilizaciones tienen lugar después de que la situación en la línea de contacto en el este de Ucrania -el frente entre el Ejército ucraniano y los separatistas- se intensificara el jueves por la mañana hasta culminar en una sucesión de violaciones del alto el fuego en vigor sin precedentes en los últimos meses.
En concreto, se han registrado 222 violaciones al alto el fuego en la zona de Donetsk, de las cuales 135 han sido han sido explosiones, mientras que en Lugansk, se han registrado 648 violaciones, de las cuales 519 han sido explosiones, según ha explicado la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en un informe. Estas cifras reflejan un aumento significativo de la violencia armada en el este de Ucrania, tal y como ha apuntado la organización, que ha reiterado »la necesidad« de abstenerse del uso de la fuerza y de desescalar una situación «ya tensa».
El Ministerio de Exteriores de Ucrania, por su parte, ha negado estar preparando una ofensiva armada en Donbás, la región del este de Ucrania donde se encuentran las dos autoproclamadas repúblicas. «Las afirmaciones sobre que el Gobierno ucraniano intenta lanzar una operación ofensiva en los territorios de Donetsk y Lugansk están alejadas de la realidad», ha hecho saber en una nota emitida este viernes.