Séptimo día de invasión rusa de Ucrania: los rusos han lanzado paracaidistas en Járkov, la segunda ciudad más importante de Ucrania, mientras en la capital, Kiev, los habitantes aguardan con mucha incertidumbre una posible ofensiva rusa, aunque la madrugada ha sido tranquila. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acusó este martes al presidente ruso, Vladímir Putin, de querer derribar «los cimientos del mundo libre» con la invasión de Ucrania, pero remarcó que «la libertad siempre vencerá sobre la tiranía».
Las tropas aerotransportadas de Rusia han desembarcado esta madrugada en Járkov, que está aún bajo control ucraniano, si bien los soldados rusos tomaron la estación de tren y el puerto fluvial, según el alcalde, Igor Kolykhayev. «Un grupo de paracaidistas ruso aterrizó en Járkov», señaló el centro operativo de las Fuerzas Armadas de Ucrania en su canal de Telegram.
Según dijo, «los ocupantes atacaron el hospital, el Centro Clínico Médico Militar de la Región Norte» y estalló una batalla entre los invasores y los defensores ucranianos. De acuerdo con el alcalde, actualmente la ciudad está tranquila, pero se escuchan disparos de vez en cuando, según la agencia UNIAN.
La madrugada de este miércoles, el presidente estadounidense, Joe Biden, prometió que hará «pagar un precio» por la invasión de Ucrania a su homólogo ruso, Vladímir Putin, y que conseguirá «salvar la democracia» de los retos que enfrenta dentro y fuera de Estados Unidos. La guerra en Ucrania centró parte del primer discurso de Biden sobre el estado de la Unión, en el que anunció su decisión de cerrar el espacio aéreo de Estados Unidos a las aerolíneas rusas, como han hecho Canadá y la Unión Europea (UE). «Putin está más aislado que nunca del resto del mundo», proclamó el mandatario ante los legisladores de ambas cámaras del Congreso estadounidense.