El ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, ha acusado este domingo a las fuerzas rusas de orquestar una «masacre» en Bucha y ha pedido al G7 que emita una serie de «nuevas sanciones devastadoras» contra Moscú, con carácter inmediato. «La masacre de Bucha ha sido deliberada. El objetivo de los rusos es el de eliminar a todos los ucranianos que puedan. Tenemos que detenerles y echarles a patadas», ha declarado a través de su cuenta de Twitter.
«Demando nuevas y devastadoras sanciones del G7 ahora», ha añadido el ministro, antes de proponer un embargo sobre el petróleo, el gas y el carbón rusos, el cierre de puertos a todos los barcos y bienes de Rusia, y la desconexión de todos los barcos rusos del mecanismo de intercambio financiero SWIFT. Uno de los asesores de la Presidencia de Ucrania, Mijailo Podoliak, ha acusado este sábado a Rusia de maniatar y asesinar a los civiles que las tropas ucranianas han encontrado sin vida tras recuperar la ciudad, al noroeste de Kiev.
«Los cuerpos de personas con las manos atadas, que han sido asesinadas a tiros por soldados rusos, yacían en las calles. Estas personas no estaban en el Ejército. No tenían armas. No representaban ninguna amenaza. ¿Cuántos casos más están ocurriendo ahora mismo en los territorios ocupados?», ha expresado Podoliak en su cuenta de Twitter. Podoliak ha compartido una imagen donde se muestran varios cuerpos en el suelo, uno de ellos con las manos visiblemente atadas a la espalda. El asesor presidencial ha sostenido que Rusia »está librando una guerra para destruir al pueblo ucraniano", y ha aprovechado el mensaje en redes sociales para pedir a los aliados occidentales más armas para la protección de los ciudadanos ucranianos.