El presidente de Emiratos Árabes Unidos, Jalifa bin Zayed Al Nahyan, ha muerto a los 73 años de edad, según ha anunciado este viernes la agencia oficial de noticias emiratí WAM. El Gobierno emiratí ha anunciado un periodo de luto oficial de 40 días en todo el país que empezará con la suspensión, durante tres días, de las actividades en las instituciones públicas y privadas a partir de este viernes. Al Zayed, presidente de Emiratos desde el 3 de noviembre de 2004, sufrió un derrame cerebral en 2014 que le llevó a asumir desde ese momento un perfil más bajo en los asuntos de estado y a entregar sus competencias ejecutivas --aunque mantuvo las ceremoniales-- a su hermanastro y actual líder 'de facto' del país, el príncipe heredero Mohamed bin Zayed Al Nahyan. Se espera que Mohamed bin Zayed asuma formalmente la presidencia de Emiratos tras el fallecimiento de su hermanastro.
Nacido en 1948, el presidente emiratí ha sido considerado como una figura de cierto talante modernizador al, por ejemplo declarar al poco de asumir el poder las primeras elecciones en el país al ordenar la votación directa de 40 miembros del Consejo Nacional Federal, un órgano consultivo. Bajo su mandato, el país trató de promocionarse como modelo de tolerancia y convivencia, lo que culminó con la visita del Papa Francisco en 2019. En un cable diplomático estadounidense filtrado, se describe a Jalifa como un «personaje distante y poco carismático», dependiente por lo general del príncipe heredero Mohamed, especialmente en cuestiones de seguridad nacional, según recoge DPA.
Mohamed se convirtió en el centro de atención internacional después del derrame cerebral de su hermanastro y se le ha relacionado con la mayoría de los eventos y decisiones importantes que ocurrieron desde ese momento, entre ellos el boicot de cinco años a Qatar que comenzaron varios países árabes en 2017, con Arabia Saudí a la cabeza, por financiar supuestamente el terrorismo. Oficialmente, Jalifa emitió en 2020 el decreto que puso fin a otra ley sobre el boicot a Israel, pero en realidad Mohamed quien recibió todos los agradecimientos al convertir a Emiratos, junto a Bahréin, en los primeros países del Golfo en establecer relaciones diplomáticas con el Gobierno israelí a través de pactos negociados por Estados Unidos. El Burj Jalifa, el rascacielos más alto del mundo, fue llamado así en su honor después de que Emiratos entregara a Dubái un préstamo de rescate de 20.000 millones de dólares para salvar la crisis económica en 2010.
Reacciones
Entre las reacciones internacionales a la muerte del presidente destacan las condolencias del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien ha descrito al mandatario como un «auténtico aliado y amigo de Estados Unidos» en la región. «Seguiremos honrando su memoria a través del fortalecimiento de las largas relaciones entre los gobiernos y los pueblos de Estados Unidos y Emiratos», añade la nota, publicada por la Casa Blanca. También la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha comunicado sus condolencias por la muerte del jeque. «Ofrezco mi pésame al pueblo de Emiratos Árabes Unidos por el fallecimiento del jeque Jalifa, que dedicó su vida a su país, trabajando por el bienestar y el futuro de los Emiratos», ha hecho saber Von der Leyen en su cuenta de Twitter. «Con él, Emiratos se volvió un país próspero, tolerante y abierto al mundo. Su legado vivirá», ha declarado. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha aplaudido también en nombre de la UE «su legado y liderazgo bajo los cuales Emiratos se han convertido en en pioneros del desarrollo sostenible y la diversificación económica».