La capilla ardiente de Isabel II ubicada en el Parlamento británico abrió sus puertas este miércoles para que la visiten las decenas de miles de ciudadanos en el centro de Londres para despedirse de la soberana. El féretro yace en un catafalco cubierto con el estandarte real, con la corona imperial encima, en el edificio más antiguo del complejo parlamentario, velada por guardias y, en ocasiones, miembros de su familia. La solemnidad del momento se vio truncada por el desmayo de un guardia real.
Después de balancearse durante unos segundos, el guardia cayó hacia delante impactando de cara contra el suelo y provocando el grito de los ciudadanos que hacían cola para despedir a la reina. Rápidamente, personal y guarida reales se acercaron a auxiliar al compañero.
Miles de británicos pasarán este jueves por la capilla ardiente instalada en el palacio de Westminster de Londres para dar su último adiós a Isabel II, la que ha sido su reina durante las últimas siete décadas. Se esperan colas kilométricas para acceder a la sede de las cámaras parlamentarias del Reino Unido, donde los restos de la soberana, fallecida el pasado jueves con 96 años, reposarán hasta el próximo lunes, cuando se oficiará su funeral de Estado.