Las reacciones al acto de anexión de los territorios ucranianos a la Federación Rusa no se han hecho esperar. En primer lugar, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha anunciado este viernes que Ucrania presentará una solicitud para ser admitida en la OTAN por el procedimiento de urgencia. «Damos un paso decisivo al firmar la solicitud de Ucrania para acceder a la OTAN de forma acelerada» informó el mandatario a través de su cuenta de Telegram.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha asegurado que «no cambia nada». «Todos los territorios ocupados ilegalmente por los invasores rusos son ucranianos y serán siempre parte de esta nación soberana», ha valorado la jefa del Ejecutivo europeo en un mensaje en redes sociales tras el anuncio del presidente ruso en un acto en el Kremlin. En la misma línea, el Alto Representante de la UE para Política Exterior y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, ha afirmado que el paso dado por Moscú es una «gran ruptura» del Derecho Internacional y una violación de la Carta de las Naciones Unidas.
Por su parte el Departamento de Estado de Estados Unidos ha anunciado nuevas sanciones contra funcionarios del Gobierno ruso tras la anexión de cuatro territorios ucranianos firmada este viernes por el presidente de Rusia, Vladímir Putin. La oficina detalló en un comunicado que cientos de individuos, incluidos miembros del Ejército ruso y bielorruso, estarán sujetos a restricciones de visado, mientras que otros centenares recibirán sanciones económicas.
Desde España, su presidente Pedro Sánchez, aun convaleciente de covid, ha emitido un mensaje en Twitter de condena del ataque ruso a un convoy humanitario en Zaporiyia, y ha recalcado la imposibilidad de aceptar un veredicto y un procedimiento ilegales.
El ministro de Exteriores de Letonia, Edgars Rinkevics, ha convocado al embajador ruso apenas minutos después de que el presidente Putin anunciase la anexión de cuatro regiones ucranianas. A su vez, otro socio comunitario como el Gobierno neerlandés considera «ilegal» y «completamente inaceptable» la anexión de las regiones ucranianas ocupadas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, y advirtió de que «no hay lugar para este imperialismo violento» en el siglo XXI.