El Papa Francisco dijo el lunes, durante su discurso anual a los diplomáticos sobre los conflictos en Oriente Medio y Ucrania, que «atacar indiscriminadamente» a civiles es un crimen de guerra porque viola el derecho internacional humanitario. Francisco, de 87 años, hizo estos comentarios en un discurso de 45 minutos dirigido a los enviados acreditados ante el Vaticano, que a veces se considera su discurso sobre el «estado del mundo».
El sumo pontífice expresó su preocupación por la posibilidad de que la guerra entre Israel y el grupo islamista palestino Hamás en la Franja de Gaza se extienda a todo Oriente Próximo y pidió un «alto el fuego en todos los frentes, incluido el Líbano». Condenó el ataque transfronterizo perpetrado por Hamás el 7 de octubre desde Gaza contra el sur de Israel como un acto «atroz» de «terrorismo y extremismo» y renovó su llamamiento a la liberación inmediata de las personas que siguen retenidas por milicianos en Gaza.
En unas declaraciones en las que relacionó los dos principales conflictos del mundo actual, Francisco afirmó que la guerra moderna a menudo no distingue entre objetivos militares y civiles. No hay conflicto que no acabe de alguna manera «golpeando indiscriminadamente» a la población civil, dijo. «Los acontecimientos de Ucrania y Gaza son una prueba clara de ello. No debemos olvidar que las violaciones graves del derecho internacional humanitario son crímenes de guerra y que no basta con señalarlas, sino que también es necesario prevenirlas. Es necesario un mayor esfuerzo por parte de la comunidad internacional para defender y aplicar el derecho humanitario, que parece ser la única forma de garantizar la defensa de la dignidad humana en situaciones de guerra», afirmó.
La campaña militar de Israel en la densamente poblada Gaza ha matado hasta la fecha a 22.835 palestinos, según las autoridades sanitarias palestinas. Israel afirma que 1.200 personas murieron en el ataque de Hamás del 7 de octubre y unas 240 fueron tomadas como rehenes. Francisco también afirmó que el reciente resurgimiento del antisemitismo desde el inicio de la guerra de Gaza es una «lacra» que debe eliminarse de la sociedad.