En la capital austríaca han detectado el aumento meteórico de los precios del alquiler y han decidido tomar medidas en el asunto. Para ello han creado la 'Policía de edificios', un cuerpo especial dedicado a rastrear y dar caza a los especuladores que arrendan (o, en muchos casos, subarrendan) viviendas de larga estancia como alquiler vacacional.
Para ello peinan cada día las webs de alquiler vacacional como Booking o AirBnB en busca de estos alquileres que operan sin licencia. En muchas ocasiones son los mismos vecinos del edificio quienes denuncian estas prácticas ilegales que, en ocasiones, hace difícil la convivencia entre vecinos debido a los ruidos y las molestias derivadas del alquiler turístico.
Según cuenta el responsable de la unidad, «los precios de alquiler y venta se han disparado, y una persona trabajadora con un sueldo normal empieza a tener problemas para pagar». Además, narran los tejemanejes de los propietarios para evitar las sanciones: «Los propietarios temen que vengamos y mandan a los turistas a otro piso. Lo vemos en las reseñas que dejan después en Internet».
Otro de estos agentes, señala: «Los dueños cambian los muebles y la decoración para que no los identifiquemos, pero nos fijamos en las cocinas y los baños, eso no lo pueden cambiar». Las autoridades han descubierto también a un centenar de inquilinos de viviendas sociales que las habían subarrendado. Ahora les expulsarán de por vida por incumplir la norma que prohíbe subarrendar un piso de protección oficial.
Viena lleva más de un siglo construyendo vivienda pública, un modelo que ha contribuido a mantener bajos los alquileres privados. Ahora las autoridades tratan de evitar que la especulación a través de plataformas de alojamiento de corta estancia expulsen a los vecinos y transformen la capital de la misma forma que ya les sucede a otras grandes ciudades europeas como Madrid o Barcelona.
Cambiar el tipo de letra al menos, disimular un poquito...