El primer ministro francés, François Bayrou, ha anunciado este martes un ambicioso plan de ajuste presupuestario que se pondrá en marcha en 2026 y se prolongará durante cuatro años. El objetivo es reducir el déficit público con un esfuerzo anual de 43.800 millones de euros, combinando recortes en el gasto y un aumento de los ingresos.
Entre las medidas más destacadas figuran la congelación de las pensiones, una reducción del empleo público y recortes en el gasto social y sanitario. Bayrou también ha propuesto eliminar dos días festivos, concretamente el lunes de Pascua y el 8 de mayo, algo que ha generado un fuerte rechazo en la oposición.
En cuanto al empleo público, se prevé que solo se reemplace a dos de cada tres funcionarios que se jubilen. Además, el Gobierno baraja la opción de aplicar un «año en blanco», lo que supondría congelar casi todos los gastos del Estado, excepto los destinados a Defensa, el pago de la deuda y las aportaciones a la Unión Europea.
Por el lado de los ingresos, el plan incluye una «contribución de solidaridad» para las personas con mayores ingresos y un refuerzo de la lucha contra el fraude fiscal.
Nuestro nivel de deuda esta ligeramente por debajo de Francia. Asi que cuando el mostacho de Françoise veas cortar, pon el de Paco a remojar...