El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó hoy que no rectificará la reforma laboral, a pesar de lo que han pedido los sindicatos, porque es «imprescindible» y necesaria para el país.
En unas declaraciones a RNE, Zapatero dijo que reanudará el diálogo social cuando haya nombrado a un nuevo ministro de Trabajo, a mediados de octubre, pero subrayó que «hay que trabajar con prudencia» y no «levantar expectativas».
El presidente insistió en que las reformas acometidas por el Gobierno son «duras» y «difíciles», pero que permitirán una senda de «estabilidad de las cuentas públicas ante el mundo», y una recuperación económica «que va a ser lenta».
En este sentido, dijo que tiene el «absoluto convencimiento» de que dentro de unos años se verá «que hicimos lo que tuvimos que hacer».
Señaló que vivió «con preocupación» la huelga general, y con «ganas» de explicar a los sindicatos, especialmente a UGT, porque tiene el carné de afiliado, que el Gobierno está tomando decisiones para que la economía crezca, se vuelva a crear empleo y se mantenga el estado de bienestar.
No obstante, subrayó que a pesar de la crisis se mantienen políticas de educación, sanidad, dependencia, becas y protección que «hay que preservar».
Afirmó que los efectos de la reforma laboral se verán a medio plazo y que el Gobierno la ha hecho porque no puede «resignarse» a que cada vez que hay una crisis el paro suba más en España que en el resto de los países europeos.
También, para que las empresas se puedan adaptar mejor a los momentos difíciles y aumente la contratación indefinida, señaló.
Aunque la reforma exige esfuerzos, subrayó que no puede «entender» que alguien sea partidario de dejar el marco del mercado laboral «como está» porque hay una «rigidez clarísima» en cuanto a salarios y organización.
Incoherencia
En este sentido, criticó al principal partido de la oposición porque dijo que si bien «todo el mundo habla de reformas», cuando el Gobierno decide aplicarla la mayoría de los grupos la rechazan, «especialmente el PP», al que acusó de «incoherencia» y de falta de «compromiso y responsabilidad».
Criticó al presidente del PP, Mariano Rajoy, porque siempre «pide austeridad» pero al mismo tiempo demanda más dinero del ICO para que financie la deuda de los ayuntamientos y se reúne con los presidentes de las comunidades autónomas para exigir más.
«Hay que mojarse y tener sentido de la responsabilidad. Nosotros nos hemos mojado», sentenció.
Zapatero recalcó que no ha dado un giro en su política, que es «progresista» sino que ha tomado dos decisiones «estratégicas": mantener al máximo la cohesión social y afrontar las reformas que España necesita.
Sobre los mercados, consideró que sería «poco responsable» si no estuviese «atento» a ellos porque a pesar de que «juegan a la lógica del beneficio» son los que financian nuestros gastos en políticas de escuelas o carreteras, entre otros, y que por tanto «necesitamos una carta de presentación de nuestras cuentas».
Respecto a la reducción de la partida destinada a la inversión en los presupuestos, respondió que si bien se ha reducido, está en la media de la Unión Europea.
En materia de pensiones, dijo que está dispuesto a «explicar y convencer» de que retrasar la edad de jubilación es «una buena fórmula» y que está dispuesto a escuchar otras.
Zapatero auguró una subida del paro en septiembre y altas tasas de desempleo en el futuro, pero aseguró que si la reforma laboral genera los efectos que quiere el Ejecutivo irá mejorando el empleo, «que es lo último que se recupera» después de una crisis económica.
No obstante, afirmó que las medidas tomadas para reducir el déficit y las reformas acometidas por el Gobierno consolidarán el crecimiento económico, que «va a ser débil» en lo que queda de año, aunque «poco a poco» irá mejorando el año que viene.
Preguntado por si ha pactado también con el PNV que las listas más votadas en los ayuntamientos en las próximas elecciones sean las que gobiernen, aseguró que no hay acuerdos que afecten a aspectos de gobernabilidad en Euskadi.