El ex ministro de Asuntos Exteriores Miguel Àngel Moratinos llegó ayer por la tarde a Argel (Argelia) como representante del presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero. A su llegada fue recibido en el aeropuerto por el jefe de la diplomacia de Argelia, Mourad Medelci, según fuentes diplomáticas. Moratinos, en un viaje relámpago, fue recibido ulteriormente por el presidente Abdelaziz Buteflika, quien ha manifestado en más de una ocasión su apoyo a la causa saharahui.
La visita de Moratinos, que no fue anunciada por Presidencia del Gobierno, está relacionada, según fuentes argelinas, con la situación en el Sáhara Occidental y los preparativos de la cumbre de la Unión por el Mediterráneo prevista para el 21 de este mes en Barcelona, pero que muy probablemente no se va a celebrar, según señaló Elpaís.com .
Moratinos intenta «rebajar la tensión» entre Argelia y Marruecos, que se ha reavivado estos días tras el desmantelamiento, el lunes, del campamento de protesta saharaui que reagrupaba a más de 20.000 personas en las afueras de El Aaiún. Aunque el Polisario controla una franja del Sáhara Occidental equivalente al 20% del territorio, su estructura de gobierno y su estructura militar están asentadas en Argelia, en torno al campamento saharaui de Tinduf (sudoeste). El apoyo argelino al movimiento independentista saharaui es uno de los puntos de fricción recurrentes en las relaciones entre Argel y Rabat.
Polémica
Mientras, El conflicto del Sáhara llegó al Parlamento, donde el ministro de la presidencia, Ramón Jáuregui, tuvo que matizar sus palabras después de haber contestado a una interpelación de ICV sobre el Sáhara, en la que dijo que «la admisión en el territorio forma parte del núcleo duro de la soberanía de un país». Posteriormente precisó que Marruecos decide quién entra en el Sáhara Occidental «por su capacidad de administrar ese territorio», pero aclaró que eso no supone hacer «ningún reconocimiento de soberanía» de Rabat sobre la ex colonia española.
El PP reclamó ayer al Gobierno una «rectificación en toda regla» sobre su posición relativa al Sáhara Occidental y no acepta las «matizaciones» del ministro Jáuregui. Desde Quito, la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, aseguró también que España no reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, aunque constata, «como el resto de países», que sí controla ese territorio.
Tanto Jiménez como Jáuregui aseguraron además que España nunca tuvo conocimiento de que Marruecos iba a desmantelar por la fuerza el campamento saharaui de Gdaim Izik.