El Congreso de los Diputados dio ayer vía libre a la nueva 'ley antitabaco', por la que, a partir del 2 de enero de 2011, estará prohibido fumar en todos los espacios públicos cerrados y en algunos al aire libre, como parques y lugares de ocio infantil, colegios y recintos hospitalarios. La prioridad de esta norma, que se aprobó en su versión más restrictiva, es prevenir el tabaquismo en menores, retrasando la edad de inicio del consumo, y proteger a los fumadores pasivos, sobre todo a los trabajadores de la hostelería.
En el debate celebrado en el pleno del Congreso, se rechazó por 154 votos a favor y 189 en contra la enmienda que introdujo el PP en el Senado y que pretendía permitir que los casinos, bingos y salas de juego pudieran reservar hasta un 30% de su espacio para los fumadores. Tampoco se concederán beneficios fiscales a los empresarios que hicieron obras en sus locales para adaptarse a la ley de 2005, rechazado con 181 votos en contra y 165 favor.
Regulación de la venta
Sin embargo, se aprobó por 336 votos a favor y 5 en contra, la enmienda por la que se podrán ubicar máquinas expendedoras de tabaco en las tiendas de conveniencia de las gasolineras, donde también se permitirá la venta manual de cigarrillos provistos de capa natural «en dichos locales que cuenten con la autorización administrativa otorgada por el Comisionado para el Mercado de Tabaco», y «en locales cuya actividad principal sea la venta de prensa».
Se rechazó también, por 340 votos en contra y 5 a favor, autorizar la venta de tabaco en las denominadas tiendas libres de impuestos ubicadas en aeropuertos, puertos y los establecimientos autorizados como puntos de venta con recargo, situados en municipios fronterizos terrestres, petición esta última defendida por UPN. También se quedó en el camino, con 323 votos en contra y 21 a favor la enmienda de CiU que reclamaba considerar el tabaco como «riesgo laboral» y el humo «agente cancerígeno».
En su intervención en el pleno, la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, lanzó un «mensaje de confianza» a los hosteleros, asegurándoles que «no se quedarán sin clientes» y animándoles a ver «una oportunidad» en la nueva norma, con la que podrían atraer a nuevos clientes entre los sectores sociales más vulnerables al humo del tabaco, como los menores o la tercera edad, y, en general, entre los no fumadores, que representan el 70% de la población.