El Gobierno salvó ayer «in extremis» en el Congreso la votación de la reforma de la negociación colectiva gracias a las abstenciones de PNV y CiU, que alargaron el sufrimiento del Ejecutivo hasta la misma votación y que se decantaron por la abstención después de duras negociaciones. La reforma gubernamental salió adelante por 169 votos a favor (PSOE), 159 en contra (PP, ERC, IU-ICV, BNG y UPyD) y 20 abstenciones (CiU, PNV, CC y UPN).
Tras la votación, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se mostró satisfecho por la convalidación del decreto ley y consideró que ayudará a la creación de empleo y a la flexibilidad en las empresas, «manteniendo lo que es la tradición de las relaciones laborales». Zapatero rechazó que el Gobierno pasara demasiados apuros para conseguir convalidar el decreto ley, y señaló que, en cualquier caso, «para eso está el Parlamento».
Por su parte, el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, descartó que durante la tramitación se produzcan cambios sustanciales de la norma como consecuencia de los acuerdos con el PNV y CiU.
Los cambios
Respecto a los cambios que se puedan introducir, Gómez explicó que «no hay que adelantar acontecimientos» porque el procedimiento será «largo» y descartó -como pronosticó el PP- que vaya a suponer una ruptura del mercado interior. Según explicó Gómez, en la visión que tiene el Gobierno de la reforma «siempre es posible contemplar más mecanismos de flexibilidad interna para las empresas». El condicionante es que esas medidas supongan más negociación con los representantes de los trabajadores, ha precisado.
Precisamente, la reducción de los plazos, era una de las peticiones de CiU, que también arrancó del Gobierno un compromiso para incluir en el preámbulo de la ley la vinculación entre salarios y productividad. Así lo anunció el portavoz parlamentario de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, que reconoció que la incorporación de este precepto carece de fuerza jurídica, pero que permitirá marcar una pauta para los futuros convenios.
Otro aspecto que ha destacado es la mayor flexibilidad interna en situaciones excepcionales, con lo cual «prácticamente todo lo que objetábamos hemos conseguido poderlo incluir» en la tramitación.
El PNV, por su parte, también logró algo que solicitaba CiU: que en caso de concurrencia el convenio colectivo autonómico prevalezca sobre el estatal. El Ejecutivo se ha comprometido con el PNV a modificar la norma durante su tramitación parlamentaria «para garantizar que en caso de concurrencia, el convenio colectivo autonómico prevalezca sobre el estatal claramente y sin ninguna limitación».