La Comisión Europea (CE) aprobó ayer el mapa de la futura red transeuropea de transportes que incluye entre sus prioridades dos grandes ejes, esencialmente ferroviarios, que conectarán España con Francia y Portugal.
Los dos ejes son el Mediterráneo, que incorpora el denominado Corredor Central, y el Atlántico que incluye el Corredor Cantábrico-Mediterráneo y el Atlántico-Mediterráneo.
Estas obras supondrán una inversión con cargo a los Presupuestos del Estado de 49.800 millones de euros en el periodo 2014-2020, unos 7.000 millones al año.
Una cifra «asumible»
Según el ministro de Fomento, José Blanco, aunque a priori esta cifra puede parecer elevada en estos momentos, es «asumible» y «realista». Como ejemplo, recordó que este año se han invertido unos 13.000 millones de euros en infraestructuras.
Para Blanco, la decisión de la CE, que debe ser ratificada aún por el Parlamento Europeo, es una oportunidad para España de crear una red mallada que permita impulsar la competitividad de la economía.
A la inversión prevista por el Gobierno, se sumará la aportación de la Unión Europea: 31.700 millones de euros a repartir entre todas las infraestructuras consideradas prioritarias.
España aspira a obtener entre un 10 y un 20% de esa cantidad, según Blanco, aunque cada obra tendrá su propia valoración.