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Víctimas del franquismo dicen al Supremo que acudieron a Garzón por justicia

| Madrid |

Los primeros testigos que han declarado hoy en el juicio a Baltasar Garzón por investigar los crímenes del franquismo han explicado al Tribunal Supremo (TS) que acudieron a la Audiencia Nacional «por justicia» después de múltiples gestiones infructuosas para localizar a sus familiares desaparecidos.

«Se lo llevaron de casa, los apalearon, los tuvieron presos. Cuando se llevaron a mi padre yo era muy pequeñina. Se nos llevaron el pan y la sal de nuestras casas. Mi madre murió enferma tras su desaparición», ha contado Pino Sosa, representante de la asociación por la Memoria Histórica de Araucas en Gran Canaria.

Su relato ha sido muy similar al que poco antes hacía María Martín López, de la asociación Sierra de Gredos, y que a sus 81 años ha recordado hoy ante el tribunal que juzga a Garzón lo que ocurrió con su madre el 21 de septiembre de 1936.

«La mataron, la echaron a la calle, se la llevaron a declarar a Arenas de San Pedro, pero la dejaron en el camino y mataron a 27 hombres y 3 mujeres», ha dicho María Martín, a preguntas del abogado de Garzón, Gonzalo Martínez-Fresneda, a quién ha confirmado que sabe dónde se encuentra el cadáver de su madre, en una fosa con otros cinco cuerpos.

Tanto María Martín como Pino Sosa han explicado que interpusieron una denuncia en 2006 en la Audiencia Nacional después de haber fracasado en todas las gestiones que realizaron para localizar a sus familiares en ayuntamientos y juzgados.

La representante de la asociación Sierra de Gredos ha rememorado que estuvo «sola por el mundo, completamente» en su lucha por encontrar a su madre.

Por su parte, Pino Sosa ha recordado que su madre no quiso aceptar la declaración de fallecimiento de su padre porque «se lo llevaron vivo y vivo lo reclamaba».

También ha querido aclarar ante el tribunal que su testimonio en este juicio «no condiciona en nada» la búsqueda de su padre ni de otros desaparecidos en Canarias, ni altera las denuncias y demandas que la asociación Araucas ha presentado en varias instancias, incluido el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.

Cuando esta asociación presentó en 2006 la denuncia en la Audiencia Nacional por delitos de lesa humanidad aportó un listado de 500 desaparecidos, al que luego han añadido nuevas denuncias de desapariciones y, posteriormente, según ha confirmado Pino Sosa, también remitieron una queda al Consejo General del Poder Judicial(CGPJ) en 2007 por la tardanza del procedimiento.

Tras responder a las preguntas del abogado de la defensa, las dos testigos han tenido que contestar al letrado de la acusación popular, que ejerce Manos Limpias, José María Ruiz, que ha insistido en saber por qué acudieron a la Audiencia Nacional y si otros juzgados les habían informado de que los delitos habían prescrito.

Pino Sosa lo ha negado al asegurar que les dijeron que los hechos no tenían prescripción y que fue la tardanza en responder a su denuncia lo que les motivó a llevar su caso hasta la Audiencia Nacional.

Tras estos testimonios, el tribunal ha hecho un receso en el juicio y retomará la vista a las 12:30 horas con la declaración de Ángel Rodríguez Gallardo, de la asociación por la Memoria Histórica de Ponteareas.


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