La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha descartado que en la reforma laboral que se aprueba el viernes se contemple la implantación de un contrato único o los «miniempleos» y ha desvelado, sin dar detalles, que incluirá cambios en la política de formación profesional. La ministra ha comparecido por primera vez en la Comisión de Empleo y Seguridad Social del Congreso tras su toma de posesión y por espacio de cuatro horas.
Sin embargo, y a pesar de las numerosas peticiones de los grupos parlamentarios, ha eludido precisar cómo se aprobará la reforma -si será un anteproyecto o un real decreto-ley- y cuáles serán sus contenidos. Báñez ha argumentado que, por respeto al Consejo de Ministros del viernes en el que se aprobará la reforma, no podía informarles con profundidad de ella.
Huelga general
Lo que sí ha dicho es que va a ser «completa, equilibrada y útil», por lo que la ministra ha expresado su confianza en que los sindicatos no convoquen, como hicieron con el PSOE, una huelga general contra la reforma laboral y ha apelado a su responsabilidad. Fátima Báñez ha reiterado que no se tocarán las prestaciones por desempleo, aunque sí ha advertido de que se pondrá en marcha un plan que mejore los controles para sus perceptores y las bonificaciones a la contratación, pero que no ha concretado.
Fátima Báñez ha insistido en que no se alargará más allá de los 67 años la edad de jubilación y que se fomentará la prolongación voluntaria de la vida laboral. También el Gobierno quiere compatibilizar el cobro de una pensión con un puesto de trabajo. La ministra quiere que todas estas cuestiones se debatan en el Pacto de Toledo.