El ministro de Economía, Luis de Guindos, defendió hoy el rescate de Bankia con el argumento de su tamaño y su gran peso en el sector y aseguró que el Estado recuperará la inversión de 19.000 millones acometida en la entidad.
El rescate de Bankia concentró hoy todo el debate en la sesión plenaria del Congreso, en una jornada convulsa en los mercados, donde la prima de riesgo se disparó hasta rozar los 540 puntos básicos ante las dudas que genera la reestructuración de la banca española.
Además, Bankia continuó con su desplome en la bolsa y a primera hora de la tarde caía un 4,13 por ciento hasta 1,09 euros, aunque en algunos momentos se situó por debajo de un euro.
De Guindos aprovechó su participación en la sesión de control al Gobierno para lanzar con voz alta y clara dos mensajes: que el rescate de Bankia era urgente y necesario y que la situación de esta entidad no es equiparable al resto del sector.
«Ha de quedar meridianamente claro que Bankia es un caso específico; no se puede extrapolar al resto, porque tiene una exposición inmobiliaria superior al resto, porque su cartera crediticia es de menor calidad y porque se trata de una entidad sistémica, debido a su tamaño», afirmó en su intervención ante el pleno.
Justificó además la necesidad de rescatar a la entidad, porque a ojos de los mercados era el gran problema de la banca española.
«Saneando Bankia se da un paso sustancial para resolver las dudas que existen sobre el sistema financiero español», añadió.
Explicó además que era necesario rescatar a Bankia tras los últimos acontecimientos, como fue la negativa del auditor a firmar las cuentas, las reticencias del Banco de España a sus planes de saneamiento y, sobre todo, la dimisión del presidente de la entidad, Rodrigo Rato.
De Guindos dejó claro que «el Gobierno inyectará el capital que sea necesario para garantizar la viabilidad» de Bankia, una medida que considera «imprescindible para la viabilidad del sector y la seguridad de los clientes».
A ojos del Gobierno, cuando se efectúe esta inversión, Bankia ya será un «banco publico», tras la conversión próximamente en acciones del préstamo de 4.465 millones concedido en 2010 y que supondrá su nacionalización.
«Una vez se ejecute esta conversión, será una entidad del Estado y de todos los españoles. Por tanto, estaremos invirtiendo capital en un banco publico, con intención de obtener rentabilidad y recuperar fondos».
Tras esta operación, dijo, Bankia «será una de las entidades más solventes y saneadas y podrá aprovechar su potencial de crecimiento y rentabilidad».
De hecho, hoy se publicaron varios informes de empresas de analistas en los que se augura para Bankia un beneficio que superará ampliamente los 1.000 millones de euros en 2013.
El esfuerzo del ministro por justificar la intervención en Bankia no pareció calmar a los mercados, con fuertes caídas en la bolsa durante toda la mañana y notables subidas en la prima de riesgo.
El deterioro de los mercados coincidió con la publicación de la noticia, por parte del Financial Times, de que el Banco Central Europeo había rechazado la opción del Gobierno español de suscribir la ampliación de capital en la matriz de Bankia con títulos de deuda y no en efectivo.
El ministro fue categórico al negar que hubiera consultado a la autoridad monetaria sobre estos planes, y el propio BCE aseguró en un comunicado que no se le había consultado.
«Contrariamente a informaciones de prensa publicadas hoy, el BCE no ha sido consultado todavía y no ha expresado una posición sobre los planes de las autoridades españolas para recapitalizar un banco español importante», dice el organismo, que asegura estar «listo para asesorar sobre la evolución de esos planes».