La tarifa de último recurso (TUR) eléctrica, a la que están acogidos 20 millones de consumidores, subirá un 3,95 % de media a partir del próximo 1 de julio, mientras que la del gas natural se incrementará un 2,26 %, de acuerdo con las resoluciones publicadas hoy en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
En ambos casos, las subidas reflejan los incrementos en el coste de la energía, mientras que los peajes -que suponen la otra mitad del recibo y que fija el Gobierno- se han mantenido, según explican fuentes gubernamentales.
En la anterior revisión de abril, la tarifa del gas natural subió una media del 5 %, mientras que la tarifa eléctrica se incrementó un 7 % con una fuerte subida de los peajes. En enero, el recibo de la luz se congeló, mientras que el del gas subió un 0,5 %.
Para este trimestre, la subida en gas varía según el tipo de tarifa: la TUR 1, para un hogar que utiliza el gas natural sólo para el agua caliente aumenta un 1,69 %, lo que se traduce en unos 3,95 euros más al año, y la TUR 2, para hogares con agua caliente y calefacción, sube un 2,16 % lo que supondrá 16,14 euros más al año.
De media, el incremento en gas supondrá 14,89 euros más de media al año, mientras que no se han detallado estos datos para la electricidad.
En gas hay 7,2 millones de clientes de los que 4,7 millones están en el mercado libre y 2,5 millones acogidos a la tarifa regulada o TUR. En electricidad, la mayoría de los consumidores domésticos y pymes, unos 20 millones, están acogidos a la tarifa regulada.
Tanto en gas como en electricidad, las tarifas tiene dos componentes: los peajes de acceso y el coste de energía, que suponen la mitad del recibo cada uno. Con los peajes se retribuyen los costes regulados reconocidos a cada sistema.
Para este trimestre, el Gobierno ha optado por mantener esta parte tras haberse cerrado las dos subastas que fijan el coste de la energía para ambas tarifas con subidas: un 9,5 % en la electricidad y un 4,74 % en el gas.
El Supremo ha rechazado en varias sentencias que los peajes de acceso se fijen en función del coste de la energía y ha obligado a revisar las decisiones adoptadas en trimestres anteriores cuando se congeló el recibo.
No elevar los peajes en las cuantías suficientes ha sido una de las causas que han engrosado el déficit de tarifa en electricidad, que supera los 24.000 millones y que el Gobierno señala como el principal problema del sector.
El objetivo para este año es que el déficit de tarifa se sitúe en los 1.500 millones y deje de generarse en 2013.
Para acabar con este desfase, el Gobierno, que ya aprobó una serie de medidas en marzo, ultima la segunda fase de la reforma del sector eléctrico, que incluirá iniciativas fiscales, y que previsiblemente se aprobará en la primera quincena de julio.