La Cumbre Social, que integra a 150 organizaciones sociales y a los principales sindicatos, exigió ayer en Madrid al Gobierno en una concentración multitudinaria que rectifique su política de recortes y que convoque un referéndum para que la ciudadanía se pronuncie al respecto.
El lugar elegido fue la céntrica plaza de Colón de Madrid y hasta ella se trasladaron en ocho marchas miles de personas venidas de toda España, así como los empleados públicos de la educación (marea verde), de la sanidad (marea blanca) y del resto de ministerios (marea negra), además de los trabajadores sociales (marea naranja).
Otro color que se vio mayoritariamente en las marchas y la posterior concentración fue el rojo de las camisetas que llevaban los simpatizantes de CCOO y de UGT.
Según los organizadores, se fletaron unos 2.000 autobuses para que personas de toda España pudieran viajar a Madrid para protestar contra la «política suicida» del Gobierno y bajo el lema «¡Vamos! ¡Quieren arruinar el país, hay que impedirlo!».
Según la Delegación del Gobierno, la cifra de asistentes osciló entre 50.000 y 65.000 personas y el número de autobuses que entraron en Madrid fue de 507.
Las marchas y la concentración se desarrollaron sin incidentes y en un ambiente festivo, en las que participaron también familias con hijos.
El único problema en Colón surgió cuando un grupo de bomberos intentó colocar ante el escenario un féretro con un muñeco con la cara de Rajoy.