Los sindicatos de los trabajadores de tierra y de los tripulantes de cabina (TCP) han anunciado hoy la convocatoria de quince jornadas de huelga en Iberia, a partir del próximo 18 de febrero, después de que fracasara un último intento de llegar a un acuerdo con la mediación del Sima.
Tras la semana del 18 al 22 de febrero, los siguientes paros se convocan los días comprendidos entre el 4 y el 8 de marzo y del 18 al 22 de marzo.
Será la primera huelga de Iberia de esta envergadura cuyos efectos, según los sindicatos, pueden ser incontrolables en algunos aeropuertos españoles, especialmente en el de Madrid-Barajas.
Al término de la reunión en el Sima, el secretario federal del sector aéreo de UGT, Francisco Rodríguez, ha explicado a los periodistas que si en esas fechas no hay acuerdo y tras la Semana Santa (que van a respetar como hicieron en las Navidades), volverán a convocar más huelgas.
Ha añadido que si la Administración les ayuda, «esto será fácil» y que si no, ellos pararán a los trabajadores y el «desmantelamiento de la compañía Iberia».
Por su parte, el director de Recursos Humanos, José Luis Romero, ha lamentado que el proceso de negociación haya finalizado sin acuerdo y ha insistido en que, por parte de la aerolínea, se han hecho todos los esfuerzo posibles para acercar las posturas.
En este sentido, ha precisado que Iberia ha rebajado en el 30 % el número de despidos inicial, de 4.500 a 3.147, y, además, su propuesta contemplaba que la salida de todos esos trabajadores se hiciera a través de las prejubilaciones.
Ha añadido que Iberia seguirá abierta a la negociación y a buscar acuerdos y que tienen la intención de superar esta situación y conseguir la viabilidad necesaria para la aerolínea.
Sin embargo, los sindicatos consideran que Iberia no está dirigida desde España, sino desde IAG, hólding resultante tras la fusión de la española con British Airways.
Rodríguez ha puntualizado que los mismos representantes de Iberia que el pasado 17 de diciembre vinieron al Sima a negociar con los sindicatos y hacerles creer que era posible alcanzar un acuerdo, fueron desautorizados el día 24 de enero y el 1 de febrero, por parte del consejo de administración de IAG.
Por tanto, los sindicatos opinan que o el día 17 de diciembre fue una burla a este país, a las administraciones y a los trabajadores, o los representantes de la compañía vinieron al Sima sin autoridad.
Aunque hoy los sindicatos tenían poco esperanza de que hubiera un acuerdo, han presentado una propuesta que rebaja los costes salariales en más del 40 %, que ha sido rechazada.
En su opinión, aunque hubieran presentado una propuesta del 100 %, habría sido rechazada también, ya que las decisiones sobre Iberia están tomadas: las ha tomado el consejo de IAG, con beneplácito del consejero delegado de Iberia, Rafael Sánchez-Lozano.
A su juicio, el problema de Iberia no es laboral, es un problema de Estado y la Administración tiene que tomar partido porque, además, es propietaria de un porcentaje muy importante de las acciones de IAG.
Considera que el país no puede admitir que la única compañía aérea con capacidad para asegurar la conectividad de España, pueda ser desmantelada por medidas financiera.
No obstante, Rodríguez ha resaltado que los sindicatos confían en que Iberia tenga sentido común: «Y todos seamos capaces de demostrarle a la matriz IAG que este no es el camino».