Cinco empleados de Iberia fueron detenidos ayer durante las protestas que tuvieron lugar en el aeropuerto de Barajas en la primera de las cinco jornadas de huelga de los empleados contra el plan de despidos planteado por la empresa.
Los arrestados fueron acusados de amenazas, resistencia, desobediencia y atentado a agente de la autoridad y trasladados a la Brigada Provincial de Información.
La policía había bloqueado el acceso a los huelguistas al interior de la T-4 con un amplio dispositivo de furgones y cinco agentes por puerta; sin embargo, la tensión entre los manifestantes, que portaban pancartas y proliferaban gritos como ‘Vamos a entrar' o ‘Manos arriba esto es un atraco', fue en aumento e intentaron acceder al interior.
Choques
En este momento, los agentes de las Fuerzas de Seguridad procedieron a cargar ante los empujones de centenares de manifestantes que buscaban extender al interior del aeropuerto sus protestas contra el plan de ajuste en Iberia, que implica 3.807 despidos.
De esta forma, centenares de manifestantes lograron acceder al interior al grito de ‘Iberia no se vende, se defiende' o ‘Sí se puede, yo soy español, español' y romper el cordón policial.
Horas antes, unos 8.000 trabajadores protagonizaron una sentada en la T-4. Previamente, entre 3.000 y 4.000 manifestantes se concentraron en la explanada de la terminal, procedentes de una marcha iniciada a primera hora en la zona industrial de los hangares de Barajas.
Durante la jornada, Iberia operó la mayoría de los 135 vuelos programados, los garantizados en los servicios mínimos, mientras que otros 81 se quedaron en tierra, afectando a unos 14.000 clientes, que fueron recolocados o se les reembolsó el importe de los billetes.
La huelga también afectó a otras compañías del grupo —Iberia Express, Air Nostrum y Vueling— a las que Iberia presta los servicios de asistencia en tierra (handling) que se vieron obligadas a cancelar 20, 57 y 78 vuelos, respectivamente.
En caso de Iberia Express, las cancelaciones afectaron a 1.654 reservas y a todas ellas se les ha dio una solución, según fuentes de la filial, propiedad al 100 % de Iberia.
Mientras tanto en el aeropuerto de Barcelona-El Prat, donde se cancelaron 120 vuelos —50 operados por Iberia y 70 por Vueling—, también hubo una concentración, pero de sólo unos 400 trabajadores de Iberia, que no provocó alteraciones.
Desde el Gobierno se volvió a hacer ayer hacer una llamada a la negociación para parar esta huelga de quince jornadas, en tres ciclos de cinco días cada uno, con lo que se convierte en la más larga jamás convocada en Iberia.
La ministra de Fomento, Ana Pastor, pidió a los trabajadores y a la dirección de la aerolínea que lleguen a un acuerdo «lo antes posible», subrayando que lo tienen que lograr, aunque «no convenza a ninguna de las dos partes», pues la situación actual «está repercutiendo en molestias para los ciudadanos» y en un daño a la economía española.