El Gobierno español ha presentado este viernes un nuevo cuadro macroeconómico pactado con Bruselas, marcado por un empeoramiento de las previsiones de crecimiento y empleo, junto con una ampliación del plazo para cumplir con el calendario de consolidación fiscal.
El gobierno espera este año una contracción económica del 1,3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), que registraría una tasa positiva del 0,5 por ciento en 2014, frente al crecimiento del 1,2 por ciento que esperaba anteriormente para 2014.
El calendario de reducción del déficit se ha relajado en connivencia con la Comisión Europea y el saldo negativo no se situará por debajo del 3 por ciento del PIB hasta 2016.
Para este año el déficit previsto ahora es el del 6,3 por ciento frente a -4,5 por ciento calculado antes, y el de 2014 se situaría en el -5,5 por ciento, frente al objetivo inicial del -2,8 por ciento.
Retraso en al creación de empleo
Por otra parte, se retrasa la creación de empleo en un año hasta el 2015, cuando aumentaría un 0,3 por ciento, tras contraerse un 3,4 por ciento este año y un 0,4 por ciento el que viene.
Las tasas de desocupación previstas en el nuevo cuadro son del 27,1 por ciento en 2013 (frente a 24,3 por ciento antes), del 26,7 por ciento en 2014 (antes 23,3 por ciento) y no se situaría por debajo del 25 por ciento hasta 2016.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, destacó en la rueda de prensa posterior al encuentro del Consejo de Ministros que estas nuevas proyecciones son conservadoras. «Son hipótesis (...) muy prudentes, muy cautas, para que la senda de reducción de déficit público tenga una elevada credibilidad», dijo.
No se tocará el IVA
A parte, el Gobierno español rechazó el viernes endurecer el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el impuesto a las rentas sobre las personas para corregir los desequilibrios de la economía, encabezados por el elevado déficit público, pero anunció ajustes en impuestos especiales y otros de menor repercusión pública.
«No se van a subir los grandes impuestos, renta e IVA» , dijo la vicepresidenta y portavoz del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que comparece ante la prensa tras el Consejo de Ministros que aprobó las nuevas proyecciones macroeconómicas y el programa de reformas.
No hay nada decidido sobre las pensiones
Sáenz de Santamaría, que compareció junto al ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, y el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, dijo que presentará ocho reformas «clave» para sentar las bases para la recuperación y la creación de empleo.
En cuanto a las medidas de consolidación fiscal, la vicepresidenta dijo que se constituirá una autoridad fiscal independiente, se acelerará la ley de transparencia y se revisará la tributación medioambiental y de impuestos especiales.
Sáenz de Santamaría dijo que el Gobierno aún no ha tomado ninguna medida sobre las pensiones, cuya sostenibilidad se ha puesto en duda recientemente ante el rápido ascenso del desempleo y la bajada de las afiliaciones a la Seguridad Social.
La vicepresidenta dijo también que el Gobierno evaluará los efectos de la reforma laboral aprobada en marzo de 2012 después de que la tasa de desocupación alcanzó en el primer trimestre de 2013 un máximo histórico del 27,2 por ciento.