Los miembros del Gobierno están convencidos de que Rajoy no se estrellará en las urnas en 2015, aunque el dato del paro sea peor que cuando llegó, porque la gente valorará entonces, por encima de todo, que ya se esté saliendo de la crisis. Desde el Ejecutivo se afronta la situación mirando hacia el futuro y confiando en que, tras las reformas adoptadas, produzcan un giro en la actual realidad económica. Se intentan convencer de ello, intentan inculcarlo a la cúpula del PP y esperan que los ciudadanos lo puedan percibir pronto.
El equipo económico del presidente está convencido de que en los próximos meses todo se irá resolviendo porque hemos superado el bache más importante. Dicen que la semana que viene los datos de empleo serán buenos. Y que a los de abril, les sucederán otros periodos positivos. Incluida la próxima EPA, la de julio.
El gran argumento que utiliza el presidente Rajoy es que sin las reformas realizadas España habría sido intervenida por la UE en 2012. Este argumente choca con otro que han puesto sobre la mesa los barones del PP. Éstos alertan de que la estrategia económica les perjudica en las urnas y queda relativamente poco tiempo para hacer cambiar la tendencia de las encuestas para poder volver a ganar en las elecciones autonómicas.
De cara a la ciudadanía, el Gobierno asegura ser consciente de que datos como el del paro dificulta que los españoles entiendan que las medidas que está adoptando son las que harán superar la crisis y pretende redoblar el esfuerzo de explicación de las mismas en una tarea en la que considera que el PP ha de tener un papel esencial.