Los desempleados de larga duración con más de 55 años, es decir, los que cobren el subsidio de 426 euros, no se verán afectados por el retraso en la jubilación, según confirmó el Gobierno. Esto, en la práctica, quiere decir que, si antes de los 61 años, los prejubilarán de manera forzosa siempre que hayan cotizado lo que se les pedirá: al menos 33. También quiere decir que cobrarán menos, porque será una jubilación anticipada. En concreto, perderán alrededor de un 20 % de la pensión.
CCOO considera que de este modo el Gobierno busca un doble objetivo: aligerar y maquillarlas las cifras de desempleados, y abaratar las pensiones. Además, se aligera el gasto del Inem, ya que los ajustes o subsidios van a cargo del paro, y las pensiones, en cambio, de la Seguridad Social.
Por su parte, el secretario de la Federación de Servicios de UGT, José Miguel Villa, ha asegurado que las pensiones «están en peligro porque alguien ha decidido que lo estén», y ha subrayado que la modificación del sistema de pensiones «es un nuevo intento de arrasar con las condiciones sociales de España con la excusa de la crisis».
Villa ha recalcado que las pensiones «son sagradas, y si no hay dinero para pagarlas habrá que sacarlo de debajo de las piedras, igual que se hizo para rescatar a los bancos».