La decisión anunciada ayer por el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, de no presentarse a las próximas elecciones autonómicas y de convocar de manera inmediata las primarias para elegir sucesor es interpretada por barones del PSOE como la pretensión del presidente andaluz de controlar sus primarias, que se realizarán con el método actual y no con el que salga de la Conferencia Política, y además condiciona el calendario futuro del secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba, en un claro «golpe bajo» al líder del partido al tiempo que ha reabierto el debate sucesorio a nivel nacional.
Las fuentes consultadas consideran que buena parte de la decisión de José Antonio Griñán se ha producido en «clave andaluza» y son varios los factores que han influido en ella. Entre otros, la intención del presidente andaluz de tener un mayor control sobre las primarias.
Con los estatutos actuales, salidos del último congreso socialista celebrado en Sevilla en febrero de 2012, las primarias se celebran con la votación de los militantes. Sin embargo, el planteamiento que se está haciendo el PSOE, y que se quiere aprobar en la Conferencia Política del próximo mes de octubre, es que las primarias sean abiertas y puedan participar en ellas otros ciudadanos que no estén afiliados al partido. Algo que complica el control de la dirección sobre el resultado final.
Sin embargo, además de este factor, las fuentes consultadas también consideran que el asunto de los ERE en Andalucía ha influido en el presidente Griñán, sobre todo porque es un desgaste diario para una persona que, recalcan, se destaca por su honradez.