El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afirmó rotundo ayer que no va a presentar su dimisión por el llamado ‘caso Bárcenas' ni va a convocar elecciones anticipadas. Es más, dijo que no piensa declararse «culpable» ya que no tiene constancia de financiación ilegal del PP, no ha vulnerado la ley y ha cumplido con sus obligaciones tributarias.
El presidente también acusó al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, de dificultar la acción de gobierno; haciendo así correr riesgos a España.
Así se pronunció el jefe del Ejecutivo en un tenso debate en el que repitió en varias ocasiones que no va a dejar su cargo. «No voy a dimitir ni voy a convocar elecciones legislativas. Que quede muy claro», proclamó.
El presidente aseveró de igual modo que el Estado de Derecho no admite chantajes, y aseguró que «nada» del llamado ‘caso Bárcenas' le impide gobernar y que no va a permitir que la agenda de España esté condicionada por «un imputado».
Según Rajoy, no se le piden explicaciones por el ‘caso Bárcenas' sino que se «declare culpable» porque «algunos» lo han «decidido», tienen ya su «propia explicación» y no les «interesa nada» lo que pueda decir ante el pleno. «Lo saben todo y como lo saben todo, están en posesión de la verdad», ironizó.
«No he venido a la política a enriquecerme porque tengo profesión. Soy una persona recta y honrada» –exclamó–.
A lo largo de su intervención inicial, Rajoy ha reconocido que se equivocó al mantener a Bárcenas como responsable de las cuentas del partido: «Me equivoqué. Lo lamento, pero fue así. Me equivoqué al mantener la confianza en alguien que ahora sabemos que no lo merecía».
Rajoy reconoció que creyó en su inocencia hasta el momento en que, cuatro años después de iniciadas las investigaciones, llegaron datos que confirmaban la existencia de cuentas millonarias en Suiza no declaradas».
«Ese ha sido todo mi papel en esta historia. ¿Me equivoqué al confiar en una persona inadecuada? Sí. Cometí el error de creer a un falso inocente, pero no el delito de encubrir a un presunto culpable», aseveró.
Dicho esto, aseguró que en el PP «ni se ha llevado una doble contabilidad ni se oculta ningún delito» y añadió que se han pagado remuneraciones «complementarias por razón del cargo» y anticipos por gastos inherentes al desempeño del cargo, «como en todas partes», que además figuran en la contabilidad del partido.
El tan costós com inútil "Tribunal de Cuentas" ha deixat passar per malla la corrupció dins el PP pel que fa a la financiació dels partits. El fet no és sorprenent: aquest Tribunal és un cementeri de polítics caducats, on els professionals independents hi ténen un paper molt secundari.