El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves rebajar los tipos de interés del euro a un nuevo mínimo histórico del 0,25%, opción con la que los mercados han especulado en las últimas semanas, pero que no era el escenario central que contemplaban los analistas.
Asimismo, el BCE también ha rebajado el tipo de interés aplicable a la facilidad marginal de crédito en 25 puntos básicos, hasta situarse en el 0,75%, con efectos a partir del 13 de noviembre de 2013. Por el contrario, ha mantenido sin variación en el 0,00% el tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito.
En opinión de los expertos, había dos circunstancias que justificaban que el BCE haya situado los tipos de interés en un nuevo mínimo histórico: la fortaleza del euro y la baja inflación en la eurozona registra en el mes de octubre.
Sin embargo, aunque no descartaban una rebaja de los tipos como sí ocurría en reuniones de meses anteriores, los analistas pensaban que Draghi pospondría esta decisión a meses posteriores, dejando abierta esta posibilidad en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno.
Fin de la contracción de la zona Euro
La tasa de inflación interanual de la zona euro se situó en octubre en el 0,7%, cuatro décimas por debajo del nivel alcanzado el mes anterior, lo que supone la lectura más baja del indicador de precios desde noviembre de 2009, cuando el dato de inflación de la eurozona fue del 0,5%.
La economía de la zona euro experimentó en el segundo trimestre del año una expansión del 0,3% respecto a los tres meses anteriores, lo que supone poner fin a seis trimestres consecutivos de contracción del PIB, según reflejan los datos de la última estimación publicados por Eurostat.
La Comisión Europea ha publicado esta semana sus previsiones económicas de otoño, de las que se desprende que la recuperación de la economía de la eurozona proseguirá durante los próximos meses, aunque a un ritmo lento, debido a los ajustes en los Estados miembros con problemas y al empeoramiento del entorno exterior.
Bruselas estima que la eurozona se contraerá este año un 0,4% por el efecto arrastre de los primeros trimestres, y crecerá sólo un 1,1% en 2014 -en lugar del 1,2% que vaticinó en primavera- y un 1,7% en 2015.