El Eurogrupo dio hoy luz verde a una «salida limpia» (sin ningún tipo de prórroga ni línea preventiva de crédito) de España del rescate a la banca cuando el programa de asistencia expire el próximo mes de enero, aunque instó al país a mantener el impulso reformista y advirtió de la aún frágil situación del sector financiero.
«Respaldamos plenamente la decisión de no solicitar ninguna asistencia financiera posterior del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE)», señalaron los ministros de Finanzas de la Eurozona en un comunicado conjunto al término de su reunión. España proseguirá a partir de enero de manera «independiente» su camino, aunque todo rescate tiene una supervisión posterior reforzada en el marco de las normas de gobernanza económica para la Eurozona, hasta que se haya devuelto el 75 % de la ayuda recibida.
El vencimiento de los 41.333 millones de euros utilizados del préstamo de hasta 100.000 millones puesto a disposición de España en julio de 2012 será entre 2025 y 2027. El vicepresidente de la Comisión Europea (CE) y responsable de Economía y Finanzas, Olli Rehn, dijo que esta decisión llegará más adelante, una vez se hayan analizado «las necesidades y el marco específico de la supervisión».
Más fuertes
El presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, afirmó que, gracias al rescate, los bancos españoles «están ahora más fuertes, son más resistentes y la regulación supervisora también ha sido fortalecida», algo que se refleja «en la confianza de los mercados y en los alentadores datos económicos recientes de España». Recalcó que el país ha seguido avanzando con su agenda de reformas, «permitiendo la vuelta al crecimiento y una disminución de los desequilibrios macroeconómicos».
Los españoles «han pasado por un periodo difícil», afirmó Dijsselbloem, al igual que los irlandeses que saldrán igualmente de su rescate el próximo 15 de diciembre, «pero estoy seguro de que sus esfuerzos darán sus frutos en los próximos años y las dos economías están ahora en la vía de la recuperación». Los demás socios instaron a España a «seguir rigurosamente» con el impulso reformista para solucionar cualquier reto económico y fiscal, incluido el elevado nivel de desempleo y la vulnerabilidad que se deriva de la alta deuda privada y pública.