No fue un arrebato apresurado como «venganza personal» a una sentencia desfavorable la pasada semana en su lucha judicial contra la Diputación de León. El asesinato de Isabel Carrasco fue un crimen planificado «durante semanas, sino meses», según los mandos de la investigación, que no tienen dudas de que madre e hija planearon juntas y al detalle el homicidio de su víctima, a la que terminaron «ejecutando con profesionalidad», aunque tuvieron la mala fortuna de que un policía jubilado las siguiera y las delatara, según detalla la página web de Diario de León .
María Montserrat González Fernández y su hija Montserrat Triana Martínez González, a pesar de las pruebas y testimonios que las señalan, no están colaborando en la investigación pero tampoco han negado su participación en el tiroteo que acabó con la vida de la líder del PP en León.
La madre
La policía trabaja contrarreloj para reunir pruebas con las que llevar ante el juez a las dos mujeres, madre e hija, a las que se han practicado las pruebas de parafina, que han sido remitidas a la Comisaría General de Policía Judicial de Madrid para averiguar si alguna de ellas disparó el arma. Fuentes de la investigación afirmaron que los resultados de estas pruebas no están todavía aunque apuntan a que la madre es la autora de los disparos.
La política popular fue emboscada por las dos mujeres a escasos metros de su casa, probablemente después de varios días de intentarlo, ya que Carrasco solo en contadas ocasiones se movía a pie sola por la calle dado que solía desplazarse en moto o coche oficial. El asesinato fue profesional, dos disparos por la espalda a quemarropa en el tronco. Un tercer impacto en la base del cuello, muy cerca de la nuca. Y un cuarto tiro en la cabeza, el de gracia, cuando la víctima ya estaba en el suelo. La autora material de los disparos sigue siendo una incógnita aunque todo apunta a que fue la madre y la hija se deshizo del arma echándola al río.