La Audiencia Nacional ha absuelto hoy por falta de pruebas al presunto etarra Beñat Aguinagalde, acusado de ser el autor de los cinco disparos que acabaron con la vida del concejal del PSOE en Arrasate (Guipúzcoa) Isaías Carrasco el 7 de marzo de 2008.
En el juicio, Beñat Aguinagalde afirmó que ese día estuvo por la mañana en la Facultad de Medicina de la Universidad del País Vasco en San Sebastián haciendo un examen y que después una amiga le recogió y se fueron a comer a un bar de Hernani, donde, según declararon ambos, se enteraron del asesinato.
La sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha adoptado esta decisión, al considerar que la declaración de los dos testigos protegidos que incriminaban a Aguinalgalde como autor de este asesinato no son suficientes para sustentar una condena.
De este modo, la Sala entiende que no queda acreditado que fuera ejecutor de los disparos que acabaron con la vida del concejal socialista y le absuelve de los delitos de asesinato terrorista, tenencia de armas y daños, por los que se enfrentaba a una petición del fiscal de 32 años de cárcel.
No obstante, Aguinagalde no quedará en libertad al estar en prisión preventiva por otro procedimiento en el que está acusado de integrar el comando Asti de ETA, desarticulado en 2009.
En su sentencia, los magistrados Guillermo Ruiz Polanco, Ángeles Barreiro (ponente) y Antonio Díaz Delgado explican que en un reconocimiento fotográfico, «un año después de los hechos», uno de los testigos reconoció al acusado como el presunto autor de los disparos.
Según ese testigo, el día del asesinato, tras cruzarse con esa persona a la que vio, sobre las 13.25 horas, en actitud de espera en un portal de la calle de Navas de Tolosa, oyó «ruido de petardos y los gritos de la hija» de Carrasco y en ese momento observó en la otra acera «correr al chico que había visto».
Este testigo hizo además una descripción física y de indumentaria del sospechoso, coincidente con el testimonio del segundo testigo protegido, quien aseguró haber visto «disparar a una persona» contra el concejal, pero, sin embargo, no identificó fotográficamente al acusado.
Dice el Tribunal que este es «el núcleo de la prueba contra el procesado» y la consideran «insuficiente» porque esos «dos ángulos distintos se superponen a favor del reo».
Reprochan en este sentido al Juzgado Central de Instrucción número 3, a cuyo frente se encontraba en esas fechas el presidente de la Sala de lo Penal Fernando Grande-Marlaska, que no organizara una rueda de reconocimiento del acusado, «sin que haya justificación que hubiera impedido la práctica» de esa prueba.
Respecto a la coincidencia de los dos testigos en la descripción del sospechoso, el tribunal señala que se trata de «un indicio que no resuelve el déficit probatorio», ya que la «convergencia entre unos rasgos físicos muy superficiales» no supera «la ausencia de prueba de cargo» para desvirtuar la presunción de inocencia.
Esto es así, añaden, porque aunque existen coincidencias entre estas descripciones y «la persona del acusado», ello no ha podido generar «certidumbre» sobre su presencia en el lugar de los hechos, teniendo en cuenta además el testimonio que prestó una amiga de Aguinagalde que sostuvo que ese día le recogió en la Universidad a última hora de la mañana para desplazarse en coche hasta Hernani.
Por estos hechos, el fiscal, además de la pena de prisión, reclamaba que se abonaran al Ministerio de Interior los 221.589 y 44.317 euros que pagó en concepto de indemnización a su mujer, de la que estaba divorciado pero con la que había retomado la convivencia, y a sus tres hijos de entre 20 y 4 años cuando murió su padre.
La sentencia declara probado que se trató de un atentado terrorista, ya que fue reivindicado por ETA en el diario Gara, que fue cometido cuando Carrasco salió de su domicilio y se introdujo en su coche sobre las 13.35 horas del 7 de marzo, último día de la campaña de las elecciones generales de 2008.
Una vez en el vehículo, el concejal, de 43 años, recibió «cinco disparos efectuados con pistola por un hombre, de entre 25 y 30 años, de una altura de entre 1,75 y 1,80 metros y de entre 75 y 80 kilos de peso, complexión normal, pelo moreno hacia castaño medio, barba corta como de varios días, arreglada y cuidada» y «cara alargada».
Las tiros por los que murió una hora después en el hospital de Arrasate fueron disparados de «un arma de fuego no identificada», aunque por los restos recogidos en la escena del crimen se sabe que partieron de un arma fabricada en la República Checa, de la marca Seller&Bellot, del calibre 9 milímetros Parabellum.
Aguinagalde fue arrestado en febrero de 2010 en la localidad francesa de Cahan y trasladado a Madrid el 8 de abril de este año para responder ante la justicia por el atentado contra Carrasco y por el asesinato, también a tiros, del empresario vasco Iñaki Uria en 2008 en la localidad guipuzcoana de Azpeitia.