El Parlamento catalán aprobó ayer una resolución a favor de impulsar la consulta del 9 de noviembre con 89 votos (65,9 %) de CiU, ERC, ICV-EUiA y CUP, además del diputado no adscrito Joan Ignasi Elena y dos diputadas díscolas del PSC, que votaron en contra junto con PPC y C's.
La resolució aboga por impulsar la consulta del 9-N «con todas las garantías democráticas y de participación posibles» y «de acuerdo con los marcos legales».
El debate de política general que finalizó ayer en el Parlament también estuvo marcado por el rechazo mayoritario al caso de Jordi Pujol, que se visualizó con una resolución apoyada por todos los partidos de la oposición, incluido ERC, que «reprueba y condena» los «actos delictivos» confesos del expresidente catalán.
Sin disciplina
En la votación de la resolución de la consulta, que recibió 44 votos en contra, las diputadas del PSC Marina Geli y Núria Ventura volvieron a romper la disciplina y votaron a favor de dicha propuesta. Con estos dos votos, alrededor de dos tercios de la Cámara catalana (faltaban dos diputadas) se posicionaron a favor de convocar la consulta del 9-N.
«Estoy contento», afirmó el presidente de la Generalitat, Artur Mas, en unas declaraciones escuetas a los periodistas al salir del hemiciclo al finalizar el debate.
En el bloque contrario, PPC y Ciutadans acusaron a Artur Mas de utilizar el Parlament para «encubrir una ilegalidad» y alimentar el «victimismo en contra del resto de España».
Por su parte, el PSC, favorable al derecho a decidir pero no a la consulta del 9-N porque no está acordada con el Estado, avisó a Mas que «traicionará» a Catalunya si la deja fuera del Estado de Derecho.
La resolución generó polémica porque el texto indica que la declaración de soberanía que el Parlament aprobó el 23 de enero de 2013 «mantiene toda su vigencia política», pese a que el Tribunal Constitucional la suspendió el pasado mes de marzo.