La auxiliar de enfermería infectada por el ébola, Teresa Romero, cree que lo hizo «todo bien» mientras atendió al misionero Manuel García Viejo y hasta que se confirmó su enfermedad y «no tiene noción de haberse tocado la cara», según ha trasladado ella misma a la portavoz de la familia, Teresa Mesa.
Mesa, en declaraciones a las puertas del hospital Carlos III, ha asegurado que la auxiliar no recuerda haber mantenido «esa entrevista» en la que habría reconocido que pudo tocarse la cara con un guante y que tiene «muy claro lo que hizo» porque «recuerda antes y después lo que ha pasado».
La portavoz ha lamentado que «en el estado en que estaba y llena de medicación» le hicieran esas preguntas.
La auxiliar se ha mostrado dispuesta a donar plasma y a colaborar con un estudio médico para determinar el momento más adecuado en el que se debe extraer el plasma de los pacientes convalecientes para que los anticuerpos que aporten a otros infectados sean eficaces.
Sabe que le han tratado con suero de la religiosa que superó el ébola Paciencia Melgar, y tiene la intención de «seguir la cadena». «Ella va a hacer lo mismo, está muy agradecida».
Romero, que se encuentra «muy delgada», podría pasar a planta, si hoy se confirma que su organismo está libre del virus, donde permanecería unos quince días, según la portavoz.
«Tiene momentos de desesperación, pero bueno, su estado de ánimo es bastante bueno», ha dicho Mesa, aunque ha advertido que cuando le den el alta «va a salir como ausente y tocada».
Como anécdota, la amiga de Teresa ha explicado que ayer tuvo una «día fastidiado». «Como es muy tragona, debió comer chorizo o algo de eso, pero se ha recuperado».
«Lee revistas, periódicos no», ha detallado la portavoz, quien también ha señalado que se levanta y se sienta «porque le duele mucho la espalda».
De momento, no sabe que su perro ha muerto porque se lo quiere decir su amiga personalmente, junto a la psiquiatra.
«Ella es creyente y sí que tenía en su mente que no se quería morir, era consciente de su gravedad», ha relatado Mesa, quien ha destacado que su fortaleza interior «ha sido el 50 por ciento de la curación de Teresa».
La portavoz ha señalado que Teresa «está muy agradecida con el trabajo de los compañeros» que han sido «su gran familia».
De momento, ha asegurado que no quieren que la auxiliar tenga teléfono «porque está muy frágil y cualquiera puede llegar hasta ella»