La defensa de Teresa Romero, conducida por el Despacho Garzón Abogados, ha destacado este martes que un informe de Alertas Sanitarias publicado por 'El Confidencial' y que recoge que la auxiliar no ocultó que había estado en contacto con el ébola demuestra que existe un delito contra la seguridad de los trabajadores.
Así lo ha señalado el Despacho de Abogados en un comunicado en el que reseñan que «hay base suficiente para sustanciar la existencia de un delito contra la seguridad de los trabajadores», ya que a su juicio es «evidente que no se respetaron los protocolos».
Este informe concluye que Teresa Romero «no mintió ni oculto información a su médico de Atención Primaria de Alcorcón, seis días antes de ser ingresada», aseguran, al tiempo que destacan que tampoco lo habría ocultado al Servicio de Riesgos Laborales de La Paz y a los servicios sanitarios de la Comunidad de Madrid, cinco horas antes de ser internada en el Hospital Carlos III.
Según sus abogados, Teresa Romero superó el umbral de los 38,6 grados centígrados de temperatura precisos para activar el protocolo de alerta por el virus del ébola.
El documento, según el despacho, desmiente las palabras pronunciadas el 8 de octubre por el consejero de Sanidad, Javier Rodríguez, quien afirmó que «la enfermera con ébola 'ocultó' al médico de atención primaria que había estado tratando al misionero Manuel García Viejo» y dijo que «pudo haber estado mintiendo» sobre su fiebre.
Las declaraciones de Rodríguez fueron la base sobre las que Garzón Abogados fundamentó la demanda de una vulneración contra el honor y la intimidad de Teresa Romero, presentada recientemente ante los tribunales de Alcorcón, Madrid contra el consejero de Sanidad.
«El documento refuerza más, si cabe, nuestras pretensiones legales y es una importante prueba de cargo contra el señor Rodríguez», ha señalado el Despacho.
Por otra parte, la defensa ha subrayado que este documento también refuerza la posición de la defensa en torno a la denuncia contra la Consejería de Sanidad por los fallos en la implementación de los protocolos de seguridad en los contagios por ébola.
«Es evidente que no se respetaron los protocolos o que estos no eran lo suficientemente eficaces como para impedir que se produjera un contagio como el que se produjo, o cualquier otro que hubiera podido producirse», ha señalado.