Solo seis de los 82 exconsejeros y exdirectivos de Caja Madrid y Bankia que usaron las tarjetas opacas han devuelto todo lo que gastaron, que suma 457.303 euros frente al total de 15,5 millones que se cargaron en esas visas entre 1999 y 2012.
Según los datos que Bankia ha remitido al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu solo Ildefonso Sánchez Barcoj, Luis Blasco, Javier López Madrid, Arturo Fernández, Jorge Rábago y Miguel Corsini han restituido lo que desembolsaron.
No figura así el expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, que ha reintegrado solo la parte cargada a esta entidad (54.837 euros), pero no los 44.204 que asumió Caja Madrid mientras estuvo al frente de ella.
Tampoco su mano derecha, José Manuel Fernández Norniella, que gastó un total de 185.100 euros pero solo ha retornado a Bankia 10.139 euros a requerimiento del propio banco, ni el exdirectivo Matías Amat, que ha reintegrado 42.042 euros de un total de 429.272, mientras que el que fuera jefe de la Casa del Rey Rafael Spottorno ha devuelto 11.953 euros de los 232.132 euros que cargó a su visa.
Estos cuatro exdirectivos y exconsejeros han ingresado esa parte de sus gastos en una cuenta corriente titularidad de Bankia, donde también Barcoj ingresó 90.879 euros, mientras que los 481.308 euros restantes los consignó en el Juzgado de Andreu.
Con él, han reintegrado todo lo cargado Blasco (51.700 euros), López Madrid (34.807), Arturo Fernández (37.326), Rábago (8.366) y Corsini (48.552).
Mientras, otros han optado por hacerlo en otra cuenta que abrió el FROB en esta misma entidad con esta finalidad.
Se trata del exministro socialista Virgilio Zapatero, que ha restituido 16.697 euros de los 35.977 que gastó, e Ignacio de Nasvasqües, que ha procedido a la devolución de 50.000 euros de un total de 191.981 euros.
Bankia ha entregado hoy esta documentación que le requirió el juez el pasado diciembre y que volvió a pedirle esta semana.
De ella se desprende que 76 de estos beneficiarios no han devuelto cantidad alguna, si bien muchos de ellos intentaron hacerlo a la Fundación Caja Madrid, heredera de la obra social de la entidad, que sin embargo consideró que no le correspondía reclamar el dinero y que devolvería el que le fuese remitido