La justicia francesa ha condenado a cadena perpetua a Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, alias 'Ata', por el asesinato en 2010 del agente francés Jean-Serge Nérin en un tiroteo ocurrido en Villiers en Bière, al sur de París. Se trata de la última víctima de ETA.
La Fiscalía gala pidió cadena perpetua para el ex jefe 'militar' de ETA al considerar que era uno de los dos etarras --el otro no ha sido formalmente identificado-- que disparó y alcanzó mortalmente al brigadier jefe. La sentencia se ha conocido este miércoles por la tarde, según han adelantado medios franceses como BFM TV.
El tiroteo, ocurrido el 16 de marzo de 2010, se desencadenó después de que un comando etarra atracara un concesionario de vehículos de segunda mano, robando cinco coches. Una patrulla policial trataron de impedir la huida de los terroristas, iniciándose el tiroteo en el que murió el agente francés, considerado como la última víctima de la banda.
'Ata' fue detenido el 20 de mayo de 2010 en un piso de Bayona (Francia) junto a dos de sus colaboradores. Caía así el último jefe 'militar' que ha tenido ETA y quien trató, sin éxito, de reactivar los comandos operativos de la banda terrorista tras la detención de quien había sido su mentor en la organización Garikoitz Aspiazu Rubina, 'Txeroki'.
Carrera Sarobe pertenecía al sector duro de la cúpula etarra y fue un fiel aliado de 'Txeroki', entonces responsable de comandos, en el enfrentamiento que mantuvo con el ya fallecido Javier López Peña, 'Thierry', el hombre que desde la dirección del 'aparato político' frustró la negociación con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
'Ata', nacido hace 42 años, ascendió rápido. De origen navarro, se crió en el pueblo riojano de Alfaro y regresó a la Comunidad Foral para comenzar sus estudios de Ingeniería. Su tío había sido condenado en el proceso de Burgos de 1970 y su madre fue en la lista de Pernando Barrena en las elecciones al Parlamento navarro de 2007.
Por el momento, este terrorista ya ha sido condenado a cadena perpetua en Francia por su participación en el asesinato de los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero en 2007 en la localidad gala de Capbreton. En concreto, estableció la cadena perpetua con la obligatoriedad de que pase al menos 22 años en prisión.