El dirigente de IU Alberto Garzón ha mantenido su apuesta por la unidad popular pese a que los resultados han sido malos, manteniendo su oferta a Podemos para crear un futuro proyecto electoral y político «desde el reconocimiento a la diversidad» de todos los que se sumen.
Apuesta también por aprovechar la asamblea federal que, a falta de la votación a última hora, probablemente se celebrará los días 20, 21 y 22 de mayo, para «repensar» IU y hacerla «más democrática, ágil y flexible».
Poca autocrítica de Garzón en el balance que ha hecho ante el primer Consejo Político que celebra IU tras las elecciones de diciembre más allá de mencionar algunos «claroscuros» inconcretos y afirmar que la derrota (solo dos escaños por Madrid) representa «en gran medida» los errores del pasado, «los deberes no hechos en los últimos años».
Cayo Lara, que dejará de ser coordinador de IU en la asamblea de primavera, ha sido más contundente y específico en su balance del 20D, vinculando el fracaso, en parte, a la «opa hostil permanente» de Podemos y a las maniobras desde dentro para «desprestigiar» la formación.
«Devaluar la organización públicamente fue una constante para algunos», en los últimos meses, ha reprochada Lara en este cónclave, donde sí ha puesto en valor las coaliciones electorales porque -ha dicho- se ha demostrado «que cuentan con mayor respaldo social cuando se hacen con respeto», aludiendo a los resultados obtenidos en Cataluña y Galicia, donde concurren con el partido de Pablo Iglesias y otros.
También ha señalado que desde la irrupción de Podemos se ha producido un «trasvase progresivo» del electorado de izquierdas que ha debilitado a IU, acusando a la formación morada de «querer asaltar» su organización para que «en su viaje al centro no quedara nada a su izquierda. Y lo mantengo -ha incidido-».
«Y eso no es unidad popular, es absorción», ha afirmado ante los 151 asistentes al consejo del total de 225 que lo componen.
Igual que les ha debilitado Podemos, también lo ha hecho, ha opinado Lara, el debate «enrocado» en las cuestiones internas, como la crisis de Madrid, que les «apartó» de la movilización y del trabajo que hace dos años les llevó a tener una intención de voto del 14 por ciento frente al 3,6 % con el que finalmente se quedaron en diciembre.
Al igual que Cayo Lara, Garzón ha afirmado que no hay otro camino posible que la unidad popular porque se ha visto que es un instrumento capaz de «doblegar» al bipartidismo y «romper» la dinámica de las últimas décadas.
Una convergencia que se produzca desde el reconocimiento de la diversidad aun dejando claro que las siglas de IU «no son lo importante», como ha dicho últimamente.
«El horizonte de todas nuestras acciones debe ser la colaboración entre las fuerzas de ruptura», ha recalcado el candidato de IU a las elecciones.