Casi 27 millones de personas a través de Twitter han evitado que Amanda, una joven gitana madrileña, se tatuara en el brazo el prejuicio 'Soy gitana y no soy de fiar', como acto de protesta contra el rechazo y la discriminación que sufre el colectivo gitano.
Este ha sido el acto central de la campaña '#ElTatuajeQueMásDuele' de la Fundación Secretariado Gitano con motivo del Día Internacional para la Tolerancia. Con esta iniciativa, la fundación ha conseguido que la sociedad se solidarice con esta joven, que ha asumido el reto de tatuarse este prejuicio si no lograba el apoyo de diez millones de personas en la red social.
A las 10.30 horas de este martes, Amanda se ha tatuado en el brazo, delante de los medios de comunicación, 'Soy gitana y no soy de fiar'. Media hora más tarde, a las 11.00, cuando se cumplía el plazo de la campaña en Twitter, un total de 26,8 millones de usuarios únicos habían mostrado su respaldo, lo que ha permitido al tatuador transformar el mensaje en positivo: 'Soy gitana y soy de fiar'.
Entre las muestras de solidaridad han destacado las de artistas, como Alejandro Sanz, Pitingo, Antonio Carmona o Joaquín Reyes; políticos, como Cristina Cifuentes, Ada Colau o la ministra Fátima Báñez; periodistas como Julia Otero o Mara Torres, entre otros.
«Muchas gracias a todas las personas que habéis entendido la importancia de esta iniciativa: Hay ciudadanos en nuestro país que están sufriendo cada día, de manera invisible, el rechazo social», ha afirmado el director general del Secretariado Gitano, Isidro Rodríguez. «La discriminación duele más que un tatuaje porque se lleva de verdad y para siempre», ha añadido.
«El tatuaje duele un momento y un insulto te duele en el corazón»
En declaraciones a Europa Press, y antes de someterse a este reto, Amanda ha admitido que la iniciativa era «muy arriesgada», pero que a ella le merecía la pena. «Yo siento discriminación cuando voy a comprar al supermercado, donde el guardia de seguridad me persigue sólo por ser gitana», ha puesto como ejemplo, para añadir que «el tatuaje duele un momento pero una palabra, un prejuicio, te duele en el corazón».
Jorge L.R., el tatuador, que también se ha prestado de forma voluntaria a este desafío, ha admitido que la campaña en un principio le pareció «un poco bestia» porque, según ha explicado a Europa Press, lo normal es que la gente le pida que le tatúe algo que le gusta y, en este caso, «corría el riesgo de grabar un prejuicio, algo negativo que queda para siempre». Sin embargo, el objetivo de la campaña, el modo en que se ha hecho y el resultado le han parecido «muy buenos».
«La campaña '#ElTatuajeQueMásDuele' es una apuesta firme en la lucha contra la discriminación porque vemos que hay algo sin resolver, como el rechazo al pueblo gitano por prejuicios y estereotipos», ha afirmado la directora de Igualdad de la fundación, Sara Giménez, que ha añadido que con este acto reivindicativo, FSG ha querido implicar a la sociedad con esta llamada. «Estoy muy contenta porque la sociedad ha respondido», ha celebrado.
Según recuerda la Fundación Secretariado Gitano, el antigitanismo es una forma específica de racismo que padece el pueblo gitano históricamente, que está basado en la estigmatización y se traduce en discriminación, discurso de odio y delitos de odio. «Combatirlo debe convertirse en un objetivo claro de los poderes públicos y de los responsables políticos con medidas concretas de prevención y de sensibilización, así como de protección a las víctimas», subrayan desde esta organización.