El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se ha mostrado convencido de que la aplicación del artículo 155 de la Constitución era una respuesta «inevitable» por parte del Estado ante la declaración de independencia aprobada este viernes por la mayoría secesionista en el Parlamento catalán, un acto que ha calificado como «un intento inédito de romper la integridad del Estado».
En una carta enviada a los militantes socialistas para explicar el apoyo del partido a la decisión gubernamental, Sánchez ha incidido en que «lo han intentado todo» antes de activar el mecanismo constitucional y ha acusado al recién depuesto presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, de llevar a los catalanes a un «callejón sin salida» y, además de vulnerar las leyes y la democracia, de «poner en riesgo las bases económicas del bienestar de sus ciudadanas y ciudadanos».
«El secesionismo utiliza una retórica de victimización e intenta hacer creer que Catalunya es objeto de represión y falta de libertades. Es una afirmación que resulta inadmisible, además de enormemente irresponsable. Se reclama demócrata, mientras vulnera el marco estatutario y constitucional en Catalunya. Apela al diálogo, pero no para mejorar el encaje de Catalunya dentro de España, como pedimos los socialistas, sino para romper con ella», asegura.
Por ello se ha mostrado convencido de que las elecciones convocadas para el mes de diciembre serán una «oportunidad» que «puede contribuir a desbloquear una situación política como corresponde en democracia».
En este sentido, ha subrayado que la celebración de elecciones autonómicas «con todas las garantías» es algo que su partido «ha estado reivindicando desde el primer momento» y que solamente hay democracia «dentro de la legalidad».
«Frente al asalto a la legalidad del independentismo, este partido siempre tendrá claro dónde ha de estar», asegura en la misiva, en la que manifiesta que «nada hay de izquierdas en intentar fracturar un Estado democrático» y recuerda que «atacarlo es atacar al PSOE y a los miles de socialistas que lucharon, hasta entregar su vida en muchos casos, por los derechos y las libertades de todos».
Sánchez ha reconocido aun así que «ninguna democracia es perfecta» y ha expresado su intención de impulsar una reforma constitucional que, según sostiene, «no consiste únicamente en dar respuesta a la crisis territorial» que atraviesa España, ni «supone negación alguna de todo lo que supuso el pacto constitucional de 1978».
«Responde a la necesidad de reconectar con nuestro tiempo. De construir entre todos un relato de una España que nos une, de la España que queremos, para que todas las generaciones, también las más jóvenes, añadan su letra, el espíritu de su tiempo, a ese pacto de convivencia que es, en esencia, toda Constitución», ha asegurado.